Colombia ha estado experimentando en los últimos años un boom desde la joyería, un renacer desde la parte del diseño de este sector de la moda. Aunque el país ha sido destacado por décadas por sus textiles, ahora es la orfebrería la que demuestra cómo el diseño local es digno de ser atendido. Así lo demuestra Vari, un emprendimiento caucano que entrelaza el lujo con lo más divertido, casi kitsch.
KienyKe.com entrevistó a Camila Muñoz, una de las fundadoras de este interesante, para conocer un poco más del ADN de la firma.
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“Vari inició en el 2019, los socios somos, mi novio, Pablo (Otero), su mejor amigo de la universidad, Wilson (Figueroa), y yo, los tres somos diseñadores industriales y teníamos ese deseo de plasmar nuestras ideas en algo tangible, en algo material y en algún punto llegamos al tema de las joyas que es también de expresión propia, o sea, uno expresa su estilo mediante lo que se pone y más allá que la ropa, creo los complementos y los accesorios son como este medio para expresarse, entonces es expresión de ambos lados y dijimos: ‘listo, por aquí fue’”.
Asimismo, la creativa explicó cuáles son estos aspectos que diferencian a Vari de las otras marcas de joyerías que emergen en la escena:
“Nosotros con Vari lo que buscamos y hemos encontrado que le ha gustado mucho a la gente y lo donde nosotros también nos sentimos más cómodos es este punto en el que el lujo y la diversión convergen, entonces hablamos de llegarle a la nostalgia, al niño interior, a nosotros nos funcionó súper bien con una colección que era de globitos, entonces es como que las joyas básicas que tienes desde el joyero, por ejemplo, el dije de corazón, las candongas, el brazalete de nudos, pero todo en globitos. Esto fue en el 2020 y nos dimos cuenta que este es el punto, o sea, lo nuestro es lo formal y literal llegarle a la nostalgia, eso y la atención a los detalles, cada pieza cautiva a través de esos detallitos”.
Por otro lado, es imposible no preguntar sobre cómo la pandemia del Covid-19 ha incidido en el proceder de este emprendimiento, Muñoz contestó:
“Fui difícil al principio adaptarnos, sobre todo porque nosotros nos lanzamos al mercado en septiembre del 2019, o sea que tuvimos como 6 meses de vida normal, arrancando apenas. Comenzó la pandemia y vino otro tema que, más allá de la marca, fue como interno y es que los tres vivíamos en Cali y la producción está en Cali, y dos nos devolvimos para Popayán, Wilson se quedó en Cali, entonces fue aprender a adaptarnos a trabajar en la virtualidad, sobre todo arrancando, ni siquiera llevábamos el primer año”.
“Pero eso nos dios muchas fortalezas para lo que Vari es ahora, porque este tema de reinventarse, que fue súper cliché el año pasado, fue cómo encontrar la manera mejor de llegarle a las personas que están pasando por un momento complicado, entonces por medio del diseño, sobre todo de la parte gráfica de la comunicación creo que logramos hacernos virales de alguna forma. Nuestro fuerte fue que nosotros ya habíamos empezado con un e-commerce y ya teníamos toda una estrategia de redes montada”.
Finalmente, Camila Muñoz explicó los materiales que son protagonistas en toda la marca:
“Nosotros tenemos tres líneas principales, una de ellas es la que va a salir, entonces venimos trabajando en nuestra línea ready-to-wear que son las colecciones que sacamos con bronce en baño en oro y también piezas en plata. Nuestra línea de lujo, que son los personalizados, que son las argollas y anillos de compromiso, todo lo trabajamos en oro, gran parte es oro reciclado porque nuestros con nuestros proveedores tratamos que la mayoría trabaje en oro reciclado”.
“Las piedras preciosas, que este es un tema muy bonito porque justo a principios de este año nos contactó una persona de aquí de Popayán que su papá es gemólogo, un experto que lleva cuarenta años enseñando sobre gemología y talla de piedras, pero no había comercializado su trabajo, entonces nos dijeron que les encantaba nuestros diseños, ‘queremos mostrar el trabajo de mi papá por medio de las joyas de ustedes porque él hace tallas muy diferentes’”.
“Después nos enteramos que las piedras que él talla son extraídas de forma ética, de aquí del Cauca, es una zona de difícil acceso, pero las personas que están allá, literalmente en la ladera del río, son como gemas que regala la naturaleza, que están ahí, que es tamizar y salen, son zafiros y rubíes. Es muy chévere porque es un trabajo local, que surja de nuevo esa joyería tradicional, pero desde el diseño con lo nuevo”.