Colombia es una tierra de humedales y en su cultura puede verse eso. Estos espacios de agua están distribuidos en la extensa Orinoquía y en el área de la cuenca Magdalena – Cauca. Desafortunadamente, la intervención de estos ecosistemas ha generado un impacto ecológico. Según el instituto Humboldt, “el 24,2% ya está transformado por la ganadería, agricultura y deforestación”.
Las consecuencias de las intervenciones implican a los animales, al territorio e incluso, a la expresión de la cultura colombiana. En el Día Mundial de los Humedales, el instituto Humboldt aboga por el cuidado de estos ecosistemas, ya que Colombia tiene un tesoro con estos reservorios de agua.
Los humedales que han sido más afectados son los centro occidente, mientras que los humedales de la Amazonía y la Orinoquía son los menos damnificados.
La alteración del equilibrio biológico no es reciente precisamente. La ganadería, la agricultura y las construcciones de infraestructura han afectado, por ejemplo, a la Ciénaga Grande de Santa Marta. “Desde comienzos del siglo XX, la dinámica hídrica de la zona ha estado sometida a presiones– explica un informe del instituto – cuyos efectos se ven aún hoy”.
La Ciénaga no tiene un panorama alentador. El humedal es atacado por desviaciones de ríos, incendios, sedimentación, ampliación de cultivos de palma, ganadería, entre otros. Este desequilibrio ecológico tiene fuertes implicaciones para los animales que lo habitan. Según Colombia Anfibia, “al modificar los caudales por la demanda de la energía hidroeléctrica, los embalses alteran la regulación hídrica natural de los ríos” y las tortugas, por ejemplo, sufren las consecuencias.
A pesar de que el territorio y la fauna de los humedales son afectados por estas intervenciones, no son los únicos. Desde la época prehispánica existen estrechos lazos culturales con estos enormes reservorios de biodiversidad y agua. “Son lugares que les brindan alimentación y sustento a muchas poblaciones”, explica Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt. “Al afectar estos ecosistemas, estamos acabando con nuestros pueblos anfibios”.
Aquellos pueblos colombianos que tienen un lazo estrecho con el agua se les conoce como ‘culturas anfibias’. Las viviendas, las formas de transporte, la música y las creencias religiosas están ligadas con la cercanía a los humedales. El conocimiento de estas culturas hace parte de la riqueza de los humedales porque ellos han aprendido a vivir en equilibrio con ellos.
La preocupación por los humedales no es ajena al Gobierno Nacional. Sólo el 7,2% de los humedales en el país están en el sistema de áreas protegidas. “En Parques Nacionales Naturales están 2.163 humedales protegidos, en territorios de comunidades negras hay 4.663 y en resguardos indígenas, 3.824”.
Ante eso y por ser el Día Mundial por los Humedales el Ministerio de Ambiente presentará los avances de la gestión para preservar estos ecosistemas.