Es claro que los gatos son animales distantes, sin embargo, también es evidente que pueden llegar a ser muy tiernos, y eso puede derivar en la pregunta de sí son los felinos celosos o por el contrario, no es una forma de demostrar amor por parte de ellos.
Ante eso, la respuesta es clara: Claro que pueden ser celosos, ya sea de otros gatos, de otras mascotas (como los perros) y, con frecuencia, de otras personas de la casa.
Lo primero es entender qué son los celos, y estos son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada preste atención en favor de otra.
Sus celos pueden manifestarse de maneras muy diversas y surgen especialmente frente a otros gatos. Mostrarse huidizo, esconderse, tener actitudes agresivas o incluso dejar de comer o escaparse pueden ser su particular respuesta ante la llegada, por ejemplo, de un segundo gato a casa.
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Cualquier cambio que afecta a los privilegios de un gato, como la atención recibida u otras cosas de la vida diaria normal pueden llevar al gato a sentirse celoso y volverse territorial. Un nuevo bebé o una nueva mascota hace que el gato pueda recibir menos atención de la que recibió anteriormente.
Las reacciones más comunes que pueden tener los gatos cuando están celosos son:
- Se muestra iracundo
- Gruñe o agrede a su nueva “amenaza”
- Se distancia de usted o se oculta
- Deja de comer
- Vuelca los tazones de la comida
- Desordena en exceso la caja de arena o saca la arena fuera de la caja
- No mantiene contacto visual contigo Se vuelve ruidoso y exigente