La torsión gástrica es una anomalía que se presenta con frecuencia en perros de raza grande. Pero, ¿sabe usted qué es y cuáles son las causas de este padecimiento?
Esta enfermedad se caracteriza por la dilatación rápida del estómago debido a una acumulación de gas, cerrando los caminos de entrada y de salida del órgano, causando el cierre simultáneo de los vasos sanguíneos y la disminución del suministro de sangre.
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Jonathan Bolaños Alzate, médico veterinario de la Universidad de Antioquia y cirujano de tejidos blandos de la Clínica Veterinaria de la Universidad CES, en diálogo con Kienyke.com manifestó que este afección genera una rotación del estómago y se da con mayor frecuencia en razas como Pastor Alemán, Gran Danés, Schnauzer gigante, San Bernardo y Dóberman, generando serios problemas a la salud.
"Esta situación en todos los casos puede llegar a ser muy peligrosa, puesto que al estómago quedar invertido, se va a generar acumulación de gases, lo que puede provocar alteraciones a nivel vascular y en la función mecánica de este órgano, ya que no permite ni el ingreso de alimentos, ni la salida de desechos y es por eso que esta anomalía requiere una intervención médica urgente, la cual puede ser mediante cirugía o por medio de otros procedimientos como intubación gástrica", señaló
Aunque el experto explicó que no se ha podido establecer las causas con exactitud, considera que hábitos como una mala alimentación, la edad de los perros y hasta el estrés que estos puedan tener, son algunas de las posibles circunstancias que facilitan que este tipo de trastornos se presenten.
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Los síntomas más notables de la torsión gástrica en perros son la hinchazón o inflamación del estómago. El perro puede empezar a mostrarse algo inquieto, con gases o eructos, pérdida de apetito, dificultad para respirar, se queja mucho por el dolor abdominal, debilidad y depresión.Si su mascota presenta alguno de estos síntomas, lo más recomendable es llevarlo inmediatamente al veterinario, ya que podría estar sufriendo un episodio de dilatación y torsión gástrica. Entre las mejores maneras de reducir el riesgo de esta enfermedad están suministrar pequeñas cantidades de comida, evitar que la mascota hago ejercicio o alguna actividad física una hora antes o después de haber ingerido alimentos y no permitir cambios abruptos en su dieta alimentaria.