Acoger a un perro en la familia resulta inquietante, genera novedad y hasta incertidumbre en su cuidado; consecuencia de esto, se adoptan conductas inadecuadas en el cuidado o trato hacia la mascota, desde no darle la atención suficiente hasta suministrarle la comida incorrecta, como alimentos humanos que, si bien están a la mano y además son muy apetecidos por ellos, perjudican su salud.
Es usual considerar que nuestra alimentación es apta para los perros porque creemos que contienen más beneficios nutricionales que los concentrados, percibiéndolos como básicos o insuficientes para la nutrición de ellos.
“Desde una perspectiva nutricional, no existe un alimento casero óptimo, ya que estos no
son ni completos ni balanceados de acuerdo a los requerimientos nutricionales de los perros”, afirmó Andrés Marcano, gerente de Nutrición Animal de Alimentos Polar.
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La comida humana elaborada puede tener infinidad de ingredientes que pueden perjudicar la salud de la mascota, como condimentos, cebollas, ajos, lácteos, aceites, entre otros aditivos. Sin embargo, más que los componentes en sí, es la cantidad de estos en la comida humana lo que perjudica a los perros.
“En el mercado existen productos alimenticios que satisfacen nutricionalmente al perro, ya que son completos y balanceados, sumando una propuesta gastronómica asociada a platos elaborados para humanos, como carne a la parrilla, pollo a la brasa, costilla al horno, entre otros. Además, controlan la digestibilidad de la mascota, las heces son más compactas y disminuyen las deposiciones", añadió Marcano.
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La comida casera crea dependencia en las mascotas, lo cual a futuro si se quiere cambiar los hábitos
alimenticios del animal dificultará más el proceso, puesto que el gusto ya se acostumbró a un determinado sabor y, por supuesto, a la permisividad del dueño. Por otro lado, las complicaciones de salud no darán espera al presentarse un desbalance nutricional que no proporcione las vitaminas, minerales, proteínas y grasas necesarias o afecte su salud.
A continuación, conozca las principales enfermedades que puede sufrir su mascota al ser alimentada
con comida casera:
- Problemas óseos: las dietas que contengan 75% carne de res y 25% de alimento seco poseen un déficit de más del 50% del calcio requerido por el perro, alrededor de 40% menos de fósforo y disminuciones significativas de magnesio, hierro, vitamina D y E, entre otras, a pesar de estar relativamente equilibradas en cuanto a proteína y grasa.
- Parásitos y bacterias: las dietas caseras pueden transmitir parásitos, bacterias y toxinas por manipulación inadecuada de los ingredientes, los cuales a su vez pueden afectar significativamente la salud de su mascota.
- Obstrucción o desgarre por huesos de pollo, carne o pescado: suministrar alimentos como pollo que contengan huesos o carne de pescado con espinas ponen en riesgo la salud del animal, debido a que los restos de huesos o espinas pueden clavarse o perforar el tracto gastrointestinal, llegando a producir una peritonitis o una obstrucción.
- Lácteos: el consumo de alimentos derivados de lácteos o ingesta de leche pueden producirles malestares estomacales y deposiciones frecuentes. La leche y sus derivados contienen lactosa (azúcar de la leche), la cual no es digerida eficientemente por los perros y les genera estos síntomas.
- Anemia, dermatitis, intoxicación: alimentos como la cebolla y el ajo son apetecidos por algunos perros. Pero la cebolla les afecta los glóbulos rojos circulantes, generando anemia hemolítica, acompañada de diarrea, vómitos, depresión y fiebre, entre otros. El ajo, adicionalmente, les produce dermatitis de contacto y asma. Por su parte, los chocolates contienen un tóxico para los perros llamado teobromina que les produce vómitos, jadeos, intranquilidad, incontinencia urinaria y temblores musculares.