Los animales han estado fuertemente ligados a historias fantásticas en las distintas mitologías del mundo a lo largo de la historia, y entre ellos el gato se ha destacado por su relación con la espiritualidad, la prosperidad y la fortuna, entre otros aspectos importantes dentro de diferentes culturas.
Hay que remontarse hasta el antiguo Egipto donde fue domesticado por primera vez, 3.000 años Antes de Cristo. Allí la relación con este felino era muy estrecha, se le respetaba inmensamente en su individualidad y estaba asociado con la diosa del hogar, Bastet.
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Era un aliado muy importante para dicha cultura debido a sus grandes habilidades como cazador, manteniendo alejados a los roedores de los cultivos de cereales, el principal medio de sustento de las familias.
Por su aspecto, se le vinculaba a nivel simbólico con la feminidad, sensualidad y el cumplimiento efectivo de las labores del hogar. También se asociaba con Hathor, diosa de las mujeres, de la belleza, amor, danza y música.
Al morir eran también momificados, usando los mismos bálsamos y procesos funerarios que se aplicaban en cualquier otro miembro de la familia. En la ciudad de Bubastis se les enterraba en un cementerio. En 1859 dicha necrópolis fue descubierta por arqueólogos ingleses, registrando alrededor de 300.000 momias de gatos.
En Japón los gatos han sido compañeros del hogar desde hace mil años aproximadamente, donde se ha relacionado con aspectos como la prosperidad, el éxito y la felicidad por ejemplo, siendo representado en figuras llamadas maneki-neko, que aparecieron durante el periodo Edo (1603 a 1868).
Los maneki-neko son amuletos que se ubican en la entrada de las casas y los negocios para atraer la buena suerte y suelen ser de color blanco y dorado. Su nombre viene de el gesto japonés que hace con la mano levantada que invita a entrar a un sitio o a acercarse a alguien.
Hay una excelente relación entre los gatos y la cultura japonesa. En la isla de Tashirojima se encuentra construido un altar dedicado a ellos, como agradecimiento a la labor que realizan cazando roedores, los cuales acaban con los gusanos de seda, que es un preciado producto comercial en la isla.
En la mitología nórdica, son dos los gatos que tiran del carruaje de la diosa Freyja, que regía sobre la belleza, el amor y la fertilidad. Se tenía la creencia de que cuando una pareja celebraba su boda con buen clima, era debido a que se había alimentado adecuadamente al gato del hogar, ya que al ser el animal sagrado y consentido de la diosa del amor, ella brindaba su energía para una exitosa unión.
Fuera de eso se les veía también como una bendición para los recién nacidos y eran buen augurio para las mujeres embarazadas.La función de cazar ratones también era muy valorada por la cultura vikinga, quienes no sólo los tenían como aliados en sus casas sino también en sus barcos para acabar con dicha plaga. Finalmente, viajando a la cultura celta el gato era el guardián del otro mundo y mantenía el conocimiento de sus misterios. Era un aliado de los druidas y poseía atributos relacionados con la luna.