El olfato, el más importante de los sentidos de los perros, aparece desde el primer minuto de su vida y es usado por los caninos para orientarse y reconocer su entorno. Lo contrario pasa con la vista y el oído, los cuales necesitan entre una y dos semanas para comenzar a funcionar con todo su potencial.
El olfato le permite a los caninos oler cualquier tipo de objeto a distancias lejanas, razón por la cual es normal que ejerzan labores de seguridad y ayuda. Por ello, es necesario desarrollar este sentido mediante una serie de acciones, ejercicios o juegos que plantean a los perros nuevos retos y les motivan a enfocar todo su interés en su mejor herramienta.
Para comenzar, se puede poner en frente de él un objeto con el que esté familiarizado y conozca su olor. Usando la palabra 'busca', o cualquier otra utilizada como comando, se debe señalar al perro el objeto, para que lo recoja y asocie la acción con la palabra.
Una vez que la mascota tiene el comando interiorizado se puede empezar a esconder el objeto en lugares visibles y a medida que el juego avance se puede incrementar la dificultad como comenzar a hacerlo en un espacio al aire libre o poniendo el objeto en lugares altos.
Es importante que al final de cada sesión, cuando el perro encuentre el elemento, se premie de manera efusiva para que la mascota tenga una emoción entusiasta la próxima vez que se aborde la actividad. Este tipo de ejercicios pueden repetirse tanto con juguetes como comida, lo que más le guste y motive a al perro.
Hay que tener en cuenta que no es bueno abusar de ninguno de estos juegos pues puede crear obsesiones, dar lugar a perros poco sociables, posesivos o exigentes con su dueño. Sin embargo, el juego puede ayudarle a gastar energía, disminuyendo sus niveles de ansiedad o de estrés.
