Muchas de las personas que disfrutan de la compañía de sus mascotas tienen como costumbre poner el agua al lado de la comida, pero al dejar de consumir líquidos, por ejemplo, en el caso de que su mascota sea un gato, pueden presentar afectaciones renales o urinarios.
Los expertos aseguran que los animales por su naturaleza cuando cazan asimilan que el agua que está cerca de su presa muerta adquiere bacterias y saben que no la deben consumir, ese instinto permanece incluso si el gato es doméstico desde que nació, convirtiéndose en el principal motivo por el cual los felinos prefieren no consumir agua que les suministran sus dueños en recipientes al lado de su concentrado tradicional.
De tal manera que lo más recomendable es cambiar frecuentemente el agua y colocar la vasija en un espacio separado a la comida, en un lugar que frecuente el gato y varios recipientes en diferentes sitios de la casa, así indirectamente le recordará a la mascota que debe consumir agua.
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No deje el recipiente con agua donde tenga directo contacto con la luz del sol, es importante que al momento de comprar un embace sea de vidrio o porcelana ya que estos ayudan a conservar la temperatura del líquido, asimismo se debe colocar el recipiente de agua lejos de la caja de arena.
Veterinarios recomiendan que si se tiene la costumbre de juntar el agua con la comida no se pueden distanciar de un día para otro porque le puede producir al gato un problema de estrés, se debe ir retirando lentamente al pasar los días, otras de las razones por las que un gato puede dejar de beber agua son: La cantidad de líquido en el tazón, la forma y el tamaño del recipiente de agua pueden irritar los bigotes del gato, el felino considera que el agua está contaminada, le resulta aburrida el agua quieta en un tazón, el olor del agua del grifo puede resultar desagradable.
Igualmente, los olores que percibe el pequeño felino pueden tornarse en un gran problema para que estos beban, especialistas aseguraron que los recipientes no se pueden poner en esquinas ya que los gatos se sienten acorralados y no pueden estar atentos, sintiéndose incomodos y prefiriendo no comer.
Finalmente los recipientes deben ser limpiados cada tercer día, cambiar el agua frecuentemente y lo más importante que el líquido esté a una distancia pertinente de la comida para evitar bacterias y olores que molesten al gato.