Algunos amantes de los animales compran golosinas para consentir a sus animales favoritos. El presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdymukhammedov, fue mucho más allá: le mostró al mundo una estatua dorada de cinco metros que representa un ejemplar de su raza favorita de perro: el pastor de Asia Central, mejor conocido como alabai.
El monumento al perro, con la cabeza y la cola en alto, fue erigido sobre un pedestal en el centro de una rotonda de la capital, Ashgabat, y es un reflejo del porte orgulloso y confiado del can. Así lo reportó la agencia de noticias del Gobierno turcomano, que también afirma que la estatua del perro hace parte de una serie de mejoras de infraestructura para la capital.
La estatua fue presentada el miércoles pasado en una ceremonia con cantantes y bailarines, globos de colores y una pantalla que daba toda la vuelta a la base de la estatua y mostraba imágenes de perros alabai corriendo y jugando.
Ante la mirada orgullosa de Berdymukhammedov, el líder de uno de los Estados más represivos del mundo, un niño pequeño apareció en escena con un cachorro de alabai en brazos.
Es bien conocido el amor de Berdymukhammedov por el perro alabai, que se ha usado para representar el orgullo y poder de la nación de Turkmenistán. El año pasado, este presidente autoritario publicó un libro sobre esta raza, en el que incluyó un poema que aparentemente escribió durante una reunión con su gabinete.
El perro alabai, que se puede encontrar en otros países de Asia Central como Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán, ha sido usado tradicionalmente para defensa personal y de ganado. El Gobierno de Turkmenistán quiere nominar esta raza de perro como patrimonio de la humanidad ante la UNESCO. Además, el hijo del presidente y su posible sucesor, Serdar Berdymukhammedov, es el líder de la Asociación Turcomana del Perro Alabai.
No es la primera vez que el presidente de Turkmenistán, dentista retirado y ganador de unas elecciones descritas como amañadas por observadores internacionales, tiene estas demostraciones de afecto hacia los animales. En 2015 reveló una estatua dorada de 21 metros que lo representaba a él mismo sobre el lomo de un caballo akhal-teke, conocido por su pelaje dorado y notable resistencia física.
Estos monumentos lujosos contrastan con las condiciones de vida de los habitantes de Turkmenistán, que viven en la pobreza a pesar de las amplias reservas de gas natural con las que cuenta este país, que es descrito por Human Rights Watch como uno de los más represivos y cerrados del mundo.