El Real Madrid se coronó campeón por undécima vez de la competición más importante a nivel de clubes, la Champions League. Y es que para ser campeón, además de buen fútbol, también se necesita suerte. El equipo blanco la tuvo.
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Desde la fase de grupos el equipo 'merengue' se enfrentó con rivales de menor jerarquía. El PSG era la única escuadra de nivel en esa zona y, quedó demostrado cuando los dos oncenos clasificaron sin ningún inconveniente.
La 'casa blanca' paseó al modesto equipo sueco Malmö. En los dos encuentros el equipo español le propinó 10 goles; 2 - 0 de visitante y un categórico 8- 0 en el Santiago Bernabéu. Asimismo, superó al Shakhtar; 4 - 0 de local y 4 - 3 en el juego disputado en Ukrania. Ahora, la superioridad había que demostrarla en la cancha y el campeón de Europa lo hizo. Tuvo suerte al tener un grupo fácil, pero eso no fue culpa de los dirigidos por Zidane.
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Al PSG le ganó 1 - 0 en España luego del empate en ceros obtenido en Francia. Demostrando que era el único rival de jerarquía en ese grupo.
En octavos de final las cosas no cambiaron. El Real Madrid tuvo en su camino a la Roma, rival italiano que hace mucho no es campeón en el balompié de su país. Con un doble 2 - 0 la escuadra española aseguraba su lugar en los ocho mejores del continente europeo. La suerte de nuevo le sonrió al ponerle en el camino un grande que hace mucho dejó de serlo.
El sorteo de cuartos de final ya era mucho más complejo. Sin embargo, el equipo blanco se cruzó en el camino con el Wolfsburgo, en el papel, el equipo más frágil de todos los posibles.
Aunque en Alemania los dirigidos por Zinedine Zidane perdieron 2 - 0, en el Santiago Bernabéu el Madrid se impuso 3 - 0 ante un tímido club alemán que mostró su inocencia en estas instancias. En esta instancia, más que suerte, el Real Madrid demostró jerarquía.
Ya en semifinales solo quedaban: Bayern Múnich, Manchester City, Atlético de Madrid y Real Madrid. De nuevo, la suerte.
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Como las rondas anteriores, el rival sería el más flojo de todos: Manchester City. Equipo que era mucho más fuerte que la Roma y el Wolfsburgo. No obstante, la escuadra inglesa estaba en un mar de dudas porque su técnico, Manuel Pellegrini, sabía que tendría que irse para la llegada de 'Pep' Guardiola, lo que terminó por enterrar las ilusiones del club celeste.
¿Suerte en la final?
En una final, el Madrid es el Madrid y eso no lo niega nadie. El Atlético que había eliminado a los otros dos favoritos, Bayern Múnich y Barcelona llegaba con sed de revancha por el episodio ocurrido en 2014. Se esperaba un partido de 90 minutos a muerte y, así fue. De hecho, el certamen se definió en la tanda de penales para decidir el nuevo rey de Europa. Donde la suerte volvió a estar del lado de los 'merengues' con el fallo del penal de Griezmann durante el juego y de Juanfran en la tanda definitiva.
