Diego Amaya es un joven tranquilo y sereno, por lo menos así se le vio en su visita a Bogotá, cuando recibió a los medios de comunicación para hablar sobre su gesta, en los recientes Juegos Olímpicos de Invierno de la Juventud.
Con tan solo 16 años se convirtió en el primer colombiano en conquistar una medalla en estas justas. Ocupó el segundo puesto en la prueba mass start tras un recorrido de 4.000 metros, es decir, diez vueltas en patinaje sobre hielo.
Amaya se subió al podio y en su cuello se colgó la medalla de plata. Un episodio imborrable para su memoria.
"Fue mágico cuando me subí al lado del japonés y el ruso. Vi que eran más grandes que yo y caí en cuenta que el tamaño no importaba para lograr lo que hice", señaló en diálogo con KienyKe.com.
[caption id="attachment_1243224" align="alignnone" width="1024"] Por: Andrés Lozano[/caption]
Antes de iniciar la competencia, el bogotano ya tenía claro que iba a hacer historia con la bandera colombiana en sus espaldas.
"Desde que salí de la meta tenía esa sed de medalla", dijo."Me mantuve calmado y muy tranquilo. Era una prueba de mucha paciencia. Controlé mi ansiedad de conseguir la medalla y la paciencia para atacar en el último momento", describió el patinador. A la edad de 13 años, Amaya salió de Colombia para irse a los Estados Unidos a perseguir su sueño de convertirse en campeón olímpico. Cambió los patines de cuatro ruedas por unos de cuchilla, debido a que la primera modalidad no hace parte de los deportes olímpicos. "Desde que incursioné en el patinaje sobre hielo siempre me mantuve enfocado en ser primero", confesó a este medio.
Un accidente en su camino
Para convertirse en el deportista que es hoy en día tuvo que superar varios obstáculos. "Me rompí la pierna en dos partes. Fue duro no patinar en cuatro meses y volver a empezar de cero después de todo el sacrificio", recordó."Todo eso valió la pena, porque el camino de un campeón es de altibajos", agregó.Después de todo lo que vivió en su accidente y recuperación, ese segundo puesto le sabe a gloria. "Significa mucho para mí, ya que era una meta que yo tenía puesta en mi vida. Se siente bastante bien cumplirla. Es una satisfacción", puntualizó. Su madre Betty Martínez y demás integrantes de su familia han sido su mayor apoyo en este camino olímpico. A ellos les expresó las siguientes palabras: "Estoy muy agradecido con mi mamá y mi papá ya que han estado ahí desde el comienzo. Mi mamá siempre ha estado ahí para consolarme, ha sido mi compañera. Le agradezco por ser la mejor mamá del mundo", manifestó ante los medios de comunicación. Asimismo resaltó el apoyo de la Federación Colombiana de Patinaje, el Comité Olímpico Colombiano y el Ministerio de Deporte. [caption id="attachment_1243219" align="alignnone" width="1024"] Por: Andrés Lozano[/caption] .