Gran Estación es, sin duda, uno de los referentes comerciales más importantes de Bogotá y de Colombia. Su imponente infraestructura, dividida en dos etapas (Gran Estación I y II), es el destino favorito de miles de personas que buscan moda, entretenimiento y gastronomía en un solo lugar. Pero, ¿quiénes están detrás de esta obra monumental que redefine la experiencia de compra en la capital?
Uno de los nombres clave en la historia de Gran Estación es el empresario israelí Alberto Aroch Mugrabi, un personaje que, aunque poco conocido por el público general, es ampliamente mencionado en el sector industrial y de bienes raíces en Colombia.
Aroch Mugrabi comenzó su trayectoria en el mundo de los negocios en la industria textil, un sector donde logró destacarse, aunque no sin polémicas. Sus nexos y habilidades como empresario lo llevaron a diversificar su portafolio y a incursionar en proyectos inmobiliarios de gran escala, siendo Gran Estación uno de los hitos más importantes en su carrera.
Como socio clave en la concepción y edificación del centro comercial, Aroch Mugrabi desempeñó un rol fundamental en la construcción de un proyecto que no solo marcó un antes y un después en el panorama comercial bogotano, sino que también atrajo una fuerte inversión extranjera y local.
Inaugurado en el año 2006, Gran Estación rápidamente se posicionó como uno de los centros comerciales más grandes y ambiciosos del país. Su diseño moderno y estratégico, ubicado cerca de importantes arterias viales como la Avenida El Dorado, y su cercanía con zonas empresariales, lo convirtieron en un punto de encuentro para la vida urbana.
La primera etapa, Gran Estación I, marcó el inicio de este megaproyecto, ofreciendo una amplia variedad de tiendas y servicios. Más tarde, la apertura de Gran Estación II amplió la experiencia con espacios dedicados a entretenimiento y marcas internacionales. En conjunto, ambas fases consolidaron a Gran Estación como un verdadero coloso del comercio en Colombia.
El nombre de Alberto Aroch Mugrabi no está exento de controversias. Su carrera empresarial ha sido objeto de atención debido a escándalos relacionados con sus actividades en el sector textil y financiero, aunque estos no han empañado del todo su legado en el ámbito inmobiliario. Gran Estación, como proyecto, se ha mantenido como un símbolo de éxito empresarial y de innovación en el sector comercial.
A pesar de los cuestionamientos, lo que es innegable es el impacto positivo de este centro comercial en la economía local. Además de generar cientos de empleos, ha impulsado la creación de un ecosistema vibrante para marcas nacionales e internacionales.