Después de cuatro años de investigación, la Fiscalía General de la Nación logró hacer justicia por el crimen del Intendente de la Policía Nacional, Nicolás Montoya, quien fue asesinado a sangre fría por su compañera sentimental, Floresmira Valencia.
Por estos escalofriantes hechos, un juez condenó a la mujer a 11 años en prisión. Ella aceptó haber cometido el atroz asesinato.
Todo ocurrió el 27 de marzo de 2015, en el piso 3 de un edificio de habitaciones, ubicado en el barrio San Pascual de la ciudad de Cali, Valle del Cauca.
Valencia aprovechó que Montoya se encontraba dormido en una de las habitaciones y le propinó 19 puñaladas en el cuerpo. A los pocos minutos el sujeto falleció.
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La Fiscalía explicó que la evidencia comportamental, el análisis especializado de la escena de los hechos y otros elementos materiales probatorios, permitieron determinar que la mujer de 52 años de edad era la persona implicada en el ilícito.
Según dijo el ente acusador, dicho estudio arrojó que la víctima de 24 años fue atacada en el momento en que dormía profundamente y que "la velocidad del ataque, sumado a la posición en que dormía (boca abajo), le impidieron reaccionar".
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