Los accidentes o agresiones con armas de fuego se han vuelto cada vez más comunes en México: durante enfrentamientos entre organizaciones criminales y policías, robos, defensa contra los ladrones, accidentes por desconocimiento del uso de un arma y ahora, como el pasado 10 de enero, un ataque perpetrado por un menor de edad en un colegio del norte del país, donde asesinó a su maestra, hirió a cinco personas más y se quitó la vida.
El joven del Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila, portaba armas calibre 40 y 25 pertenecientes a su abuelo, las cuales no tenían los permisos legales.
Hoy ese tipo de ataques han terminado en los homicidios de al menos 22 mil personas en el país, según un informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública durante el primer año del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“México vive la época más violenta de su historia reciente: cada mes se rompe un récord en el número de víctimas de homicidio", de acuerdo con estimaciones de México Evalúa."2018 cerró con 34.202 víctimas de homicidio. La proporción de los asesinatos cometidos con armas de fuego va en aumento, hasta llegar a casi 70%”, refiere el informe "La prisión preventiva oficiosa: insuficiente para el control de las armas de fuego" de la organización México Evalúa. Tras este drama de violencia en el país se esconde la facilidad con la que se puede tener acceso a las armas sin hacer mayor esfuerzo. “En todos los estados es muy fácil salir y conseguir un arma”, cuenta un experimentado agente de la extinta Policía Federal mexicana, quien pide anonimato, en entrevista con la Agencia Anadolu. En ello coincide el experto Francisco Rivas, titular del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC): “Prácticamente cualquiera sabe dónde comprar un arma ilegal”. Para el agente federal, si bien el flujo importante de armas proviene de Estados Unidos, también procede de muchas partes del país, por ejemplo, en Ciudad de México y el Estado de México, los estados más cercanos o donde están las oficinas centrales del Gobierno mexicano. “Todos hablan de las fronteras y realmente no necesitas irte tan lejos, aquí las tenemos”, narra el oficial de policía, quien en 2014 casi es asesinado durante una emboscada en la ciudad costera de Acapulco, Guerrero, en un choque con el Cartel Jalisco Nueva Generación que opera en la zona. [single-related post_id="1238961"] En dichas regiones, de acuerdo con sus propias investigaciones, las armas de fuego se obtienen fácilmente dentro de un tianguis (mercados instalados en la calle), a través de personas con oficios diversos, por ejemplo, vendedores de tacos, zapateros, repartidores de periódicos, entre otros. Aunque el agente dice que es fácil conseguir a todo tipo de precios, reconoce que los altos calibres como un rifle .50 Barrett solo son de acceso para grandes carteles, quienes ya han hecho uso de dicho tipo de armas contra el Ejército, por ejemplo el Jalisco Nueva Generación. Al respecto, tres dueños de locales comerciales en Ecatepec, Estado de México, uno de los municipios más violentos y más poblados de América Latina, hablan de haber obtenido armas desde MXN 1.000 (USD 53) hasta MXN 20.000 (USD 1.063), según el calibre, la cantidad de uso, los aditamentos y las municiones.
Las razones que aducen los dueños de negocios ecatepenses es la misma: hacerle frente a la inseguridad. Argumentan que los ladrones usan cada vez más los “fogones”, nombre coloquial que le dan a las armas en México.Por otra parte, el agente federal habla de la relación entre el narcotráfico y la proliferación de armas, pues dice que en el grueso de los operativos que llevan a cabo se les decomisa enormes cantidades de armas y drogas. Para llegar a esas incautaciones detienen a “halcones”, es decir, los espías que alertan a los narcotraficantes de las actividades de las autoridades. “Hay piezas clave como los halcones, como los punteros que siempre hacen el vínculo de redes, agarras uno y te van a dar la pauta hacia dónde ir, o incautar de sorpresa, ellos mismos al sentir que están en manos de la policía te ponen los puntos, te ponen dónde están las casas de seguridad, así con facilidad en ocasiones es como se dan las incautaciones de armas”, explica el policía federal, quien añade que cada vez son más jóvenes los reclutados en las filas del narco durante enfrentamientos. La dimensión de los decomisos es tan grande que, según un informe reciente del Ejército mexicano, se han obtenido 332.689 armas a grupos delictivos de las supuestas 2.500.000 que han ingresado ilícitamente al país en la última década. Según el agente, si bien la distribución de armas es por todo el país, el flujo en su mayoría procede de Estados Unidos. Añade que la mayor parte de las armas que incautan no son fabricadas en México. [single-related post_id="1231299"] Para Francisco Rivas, el problema radica en que “a partir de la liberalización que hubo en Estados Unidos, la reforma que hubo durante el gobierno de George Bush, por la compra de armas de asalto, armas de grueso calibre, en México la violencia se empezó a disparar, estamos hablando desde el sexenio de Vicente Fox”. De acuerdo con el documento presentado por México Evalúa en junio del 2019, “en Estados Unidos se origina el principal flujo de armas de fuego y municiones ilegales hacia nuestro país. Se calcula convencionalmente que más de 213 mil armas entran cada año a través del mercado negro, y el Gobierno mexicano carece de la capacidad institucional para detener el comercio ilegal”. Además del problema de combate al tráfico de armas y la corrupción dentro de las corporaciones, el experto Rivas considera que el problema no se ha resuelto, el “principal mercado”, en este caso Estados Unidos, no coopera para inhibir esta circulación de armas. Esto tiene relevancia si se toma en cuenta que, según Amnistía Internacional, Estados Unidos es uno de los 10 principales fabricantes de armas de fuego en el mundo, concentrando un 70% de la producción.