Y tuve que aceptar…

Mié, 13/04/2022 - 08:53
Yo tuve que desarmarme y abrir mis brazos, para reconocer la vida como es. Reconocer que, todo es transitorio y que funciona mientras estemos aquí en la tierra.
Créditos:
Jake Charles

De: Silvia Schmidt (Parlamentaria y Política alemana) 

 

Y tuve que aceptar,

Que no sé nada  

del tiempo…

Que es un misterio

para mí

y que no comprendo  

la eternidad.

 

Yo tuve que aceptar,

que mi cuerpo

no sería inmortal

que él envejecería

y un día se acabaría.

 

Que estamos hechos

de, recuerdos y olvidos;

 deseos, memorias,

 residuos, ruidos,

 susurros, silencios,

 días y noches,

 pequeñas historias

 y sutiles detalles.

 

Tuve que aceptar que,

 todo es pasajero…

Transitorio.

 

Y tuve que aceptar,

que vine al mundo

para hacer algo por él,

para tratar de dar

lo mejor de mí

para dejar

rastros positivos

de mis pasos

antes de partir.


Yo tuve que aceptar,

que mis padres

no durarían siempre

y que mis hijos

poco a poco.    

escogerían su camino y

seguirían ese camino

sin mí.

 

Y tuve que aceptar,

que ellos

no eran míos,

como suponía, y que,

la Libertad de ir y venir

es también

un derecho suyo.

Y tuve que aceptar” en la voz del Terapeuta y Coach de Vida Armando Martí©, para la sección Konciencia de KienyKe.com. Escúchalo, disfrútalo y compártelo:

Yo tuve que aceptar,

que todos mis bienes

me fueron 

confiados en préstamo,

que no me pertenecían

y que eran tan fugaces,

como fugaz era

mi propia existencia

en la Tierra.

 

Y tuve que aceptar que,

los bienes quedarían

para uso de 

otras personas

cuando yo,

ya no esté por aquí.

 

Yo tuve que aceptar,

que barrer mi acera

todos los días

no me daba garantía

de que era

propiedad mía

y que barrerla

con tanta constancia

era como una 

fútil ilusión

de poseerla.

 

Yo tuve que aceptar,

que lo que llamaba

“Mi casa” era sólo

un techo temporal

que un día más,

un día menos

sería el abrigo terrenal

de otra familia.

 

Y tuve que aceptar que,

mi apego a las cosas,

sólo haría más penosa

mi despedida

y mi partida.

 

Yo tuve que aceptar,

que los animales

que quiero y 

los árboles que planté,

mis flores y mis aves

eran mortales.

 

Ellos,

no me pertenecían

fue difícil, pero

tuve que aceptarlo.

 

Yo tuve que aceptar,

mis fragilidades,

mis limitaciones y

mi condición

de ser mortal,

de ser efímero.

 

Yo tuve que aceptar,

que la vida

continuaría sin mí

y que

al cabo de un tiempo

me olvidarían.

 

Humildemente confieso,

que tuve que librar

muchas batallas

para aceptarlo.

 

Y tuve que aceptar que,

no sé nada del tiempo

que es

un misterio para mí.

 

Que no comprendo,

la eternidad y que

nada sabemos

sobre Ella.

 

Tantas 

¡Palabras escritas!

¡Tanta necesidad de

explicar, 

entender y

comprender este

mundo y la Vida

que en él vivimos!

 

Pero, 

me rendí y 

acepté lo que tenía 

que aceptar

y así dejé de sufrir.

 

Deseché, 

mi orgullo y

mi prepotencia

y admití que

la naturaleza

trata a todos

de la misma manera,

sin favoritismos.

 

Yo tuve que,

desarmarme

y abrir mis brazos

para reconocer

la vida como es.

 

Reconocer que,

todo es transitorio 

y que funciona

mientras estemos

aquí en la Tierra.

 

¡Eso me hizo 

reflexionar

y aceptar,

y así alcanzar

la paz tan soñada!

 

Por: Armando Martí

 

Creado Por
Armando Martí
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