Durante estos cinco meses de confinamiento mundial preventivo a causa del coronavirus, han ocurrido diversos cambios de paradigmas en las áreas de la salud, la economía, la productividad, la huella digital del teletrabajo, el comercio virtual, la psicología del comportamiento humano, sus emociones y relaciones afectivas e interpersonales, y la resignificación de la filosofía hacia un nuevo sentido de vida.
Desde la incertidumbre que produce la desorientación sobre el origen del virus, emerge la necesidad vital de responsabilizarnos de nuestra salud física y mental, anteponiéndola por encima de todas las cosas para controlar las emociones como el estrés, la angustia y la depresión que se pueden desbordar ante el prolongado confinamiento. Por fortuna, con la actual convergencia digital, los profesionales de la salud mental entre ellos psiquiatras, psicólogos, psicoterapeutas, coach certificados y logoterapeutas, continuamos con las consultas e intervenciones online las cuales se realizaban antes de la pandemia y también, durante esta larga cuarentena.
Creo firmemente en que aprender las lecciones producto de las crisis, nos dan segundas y hasta terceras oportunidades. Una de ellas, es la conectividad social por medio de la tecnología digital, en donde gracias a diversas plataformas de comunicación virtual como Zoom, Google Hangouts, Skype, Microsoft Teams y Whereby, entre otras, podemos permanecer en contacto con los demás.
De igual manera, se emplean aplicaciones (APP) para aprender a meditar y controlar los niveles de ansiedad y desesperación, ya que son de gran utilidad como primeros auxilios emocionales mientras se logra orientar algunos procesos de rehabilitación psico-emocional. Por ejemplo, recomiendo Calm, Intimid, Aura y Meditation Now, que se han convertido en útiles salvavidas colectivos a la hora de mantener a las persona a flote en medio de esta crisis generalizada.
Hoy más que nunca, en la historia de la humanidad, se hace necesario aprender a incorporar la tecnología en nuestra cotidianidad con el fin de facilitar el desarrollo de las actividades en sus múltiples dimensiones. Por eso, como habitantes de la “nueva normalidad” debemos priorizar los conocimientos de los principios básicos de los sistemas digitales y el funcionamiento de la energía, la materia y la conciencia para aprender a repotencializar nuestros recursos internos, manteniendo una actitud optimista y resiliente al momento de afrontar la difícil situación actual.
Pero, ante todo, seguiré insistiendo en que es fundamental responsabilizarnos del auto cuidado, siguiendo los protocolos de bioseguridad cuyo objetivo es preservar la vida. Recordemos que una actitud de calma y control, nos ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico el cual se encarga de proteger al cuerpo de los ataques de organismos infecciosos y otros agentes invasores. De allí que la respuesta inmunitaria es una de las claves más importantes para neutralizar al coronavirus.
¿Todo es energía?
En realidad, todos somos energía. Nuestro cerebro es un sistema energético, magnético, bioquímico y cuántico conectado con el universo entero. Comúnmente se le denomina “comando central”, pues está formado por las neuronas que son partículas bioeléctricas las cuales reciben, procesan y transmiten información a través de señales químicas y eléctricas, produciendo interfaces con el fin de activar respuestas frente a diversas situaciones.
Por otra parte, las emociones son reacciones psico-bio-fisiológicas necesarias para la adaptación a estímulos del individuo cuando percibe un objeto, suceso, persona o algún recuerdo relevante. Igualmente, las emociones son procesadas por la amígdala que provoca una reacción de los neurotransmisores químicos, es decir, los mensajeros del cuerpo.
Sin embargo, desde la teoría cuántica, los procesos cognitivos, sensoriales y perceptuales del cerebro son un puente que comunica con la energía sutil de la conciencia, la cual es el medio transformativo para lograr cambios positivos y estables en nuestros pensamientos, actitudes, creencias y hábitos, mejorando la calidad de vida de las personas. Indudablemente, desde este nuevo paradigma, nos estamos acercando a encontrar la fuerza amorosa, compasiva y bondadosa que existe en el interior del alma y se manifiesta como una fuerza proveniente de dimensiones espirituales, que ha motivado a científicos a descubrir la esencia ordenadora y coherente que rige todas las cosas.
Trascendenz/Q: el bienestar a un clic de tu interior
En resumen, podemos deducir que los estudios y nuevos descubrimientos de la energía cuántica mejoran ampliamente nuestra calidad de vida al entender el aporte sanador que se produce a través del cerebro, el cual es capaz de equilibrar e integrar la totalidad de las unidades de información corrigiendo algunos desbalances energéticos, especialmente los del sistema inmunológico que se encuentran afectados por sobrecargas de estrés negativo.
Como investigador del comportamiento humano, hace más de 10 años junto con un equipo asesor interdisciplinario conformado por ingenieros de sistemas y electrónicos, médicos, psicólogos y terapeutas, diseñamos una plataforma digital llamada Trascendenz/Q cuyo registro está debidamente certificado por la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia (SIC).
El objetivo de este software es el mejoramiento continuo de las personas, empresas y grupos humanos a través de sesiones personalizadas, presenciales o virtuales, utilizando las técnicas de confrontación emocional, el dominio de sí mismo y la autosugestión positiva para cambiar los hábitos de estar y sentirse mal, por otros que le hagan sentirse bien. Además, refuerza la consecución de metas y objetivos hacia el éxito, por medio de la reprogramación mental y el entrenamiento de la conciencia presente, logrando de esta manera y en pocas sesiones, cambios significativos en la forma de pensar y asumirse ante la vida.
Es de anotar, que estos beneficios se mantienen en el tiempo siempre y cuando sean trabajados de forma constante, voluntaria y disciplinada, pues los sistemas cibernéticos no ofrecen soluciones “mágicas” o “milagrosas”, por el contrario, son procesos serios y realistas, repito, asesorados por expertos de la salud mental y emocional.
Sin duda, vivimos en tiempos de cambios sorprendentes en donde buscamos adaptarnos a través de nuevos espacios de armonía, paz interior y conexión espiritual. Por eso, el software Trascendenz/Q está ensamblado de tal forma que puede ser utilizado de manera sencilla desde la comodidad del hogar, la oficina o cualquier sitio que el usuario prefiera, con el fin de optimizar el equilibrio interior. También, el módulo se puede instalar en cualquier computador y tiene soporte técnico de ser necesario y, a través de tutorías virtuales o presenciales, se enseña su manejo.
¿Cuáles son los beneficios del software Trascendenz/Q?
El diseño de los módulos del Trascendenz/Q es personalizado, pues cada usuario tiene diferentes necesidades y, por lo tanto, no es aconsejable el uso generalizado de cada aplicación. Las pantallas desarrolladas para este sistema son exclusivas, variadas y útiles. A continuación, algunos ejemplos de la aplicación de nuestros programas más solicitados:
- Programa ontológico para encontrar la misión y el sentido en la vida.
- Programa de diálogo interior para el manejo de miedos, fobias y gestión emocional, con el fin de encontrar soluciones inteligentes, estratégicas y prácticas a los problemas de la existencia.
- Programa para el control de impulsos como el exceso de fumar, comer y la sexualidad compulsiva.
- Programa para equilibrar la fatiga mental producida por la sobreinformación y el estrés.
- Manejo de los ciclos de sueño.
- Afirmaciones y ejercicios positivos para fortalecer la autoestima.
- Programa para ayudar a regular las manifestación psicosomáticas de las adicciones y dependencias afectivas.
- Enfoque de la voluntad para alcanzar con éxito las metas y objetivos.
- Conexión con el Yo Superior para vibrar en estados de espiritualidad sanadora.
El objetivo final
El objetivo último de combinar estos propósitos humanísticos con la tecnología, es poder reforzar diariamente aquellas dimensiones y virtudes necesarias para la trascendencia personal como la sabiduría, el conocimiento y el buen juicio (curiosidad, amor propio, mentalidad abierta e inteligencia práctica), la determinación y voluntad (constancia, disciplina, honestidad, vitalidad y autenticidad), la compasión (simpatía, amabilidad, generosidad, capacidad de amar y ser amado), la sobriedad mental y emocional (humildad, prudencia, autocontrol y autorregulación), y finalmente, trascendencia (capacidad de asombro, humor, espiritualidad, fe y sentido de vida).