Aceptar nuestra esencia es el comienzo de un camino interior hacia la serenidad y la calma personal. Este es el planteamiento profundo que desde hace millones de años, los monjes tibetanos transmitían a través de historias y cuentos a sus discípulos y aspirantes a la trascendencia espiritual.
El Tíbet siempre me ha fascinado, pues es la meta de los viajeros y exploradores occidentales. El “techo de mundo”, es el lugar más alto de la Tierra, ubicado en el corazón de Asia a más de 4900 metros de altura, con unas condiciones climáticas muy adversas. Pero, esto nunca ha desanimado a los buscadores interiores, por el contrario, los ha inspirado todavía más a vivir de instante en instante, experimentando la calma que produce la humildad del desapego por las cosas del mundo.
Otro aspecto maravilloso del Tíbet, es la fusión de los temas religiosos, políticos y sociales, basados en una cultura construida de inmensas historias y cuentos, transmitidos de generación en generación de forma oral y narrada a su vez, por ancianos y monjes sabios de esta nación, antes de ser invadida por la República Popular China.
Afortunadamente, estos tesoros culturales no solamente sobreviven en la actualidad, sino que además, han resurgido como fuerza de iluminación y compasión para toda la humanidad, a través de las enseñanzas de Tenzin Gyatso conocido como el XIV Dalai Lama, líder espiritual y político del Tíbet.
La literatura hace más de cuatro mil años ha construido la vida de los seres humanos. El origen más antiguo de las historias espirituales del mundo se generaron en el Tíbet, por eso he seleccionado a mis amables lectores, algunos cuentos que los pondrán a pensar y descubrir todo el potencial que tienen dentro de sí mismos.
1. Los dos buscadores
“Eran dos buscadores que, a fuerza de buscar, se habían convertido en ermitaños. Hablaban uno a cada orilla del río Brahmaputra. Uno de ellos era más joven y se había hecho muy célebre y gozaba de gran reputación. El otro ya era anciano, una persona sencilla y de corazón puro. Toda su vida no había hecho otra cosa que ser un hombre de buenos sentimientos y ahora, ya en su ancianidad quería hacer una práctica metódica.
Un día, el anciano tomó una barca y cruzó hasta la orilla del afamado ermitaño joven. Le pidió instrucción espiritual. El joven le entregó un mantra, y le explicó cómo y en qué ocasiones debía repetirlo. Agradecido, el anciano volvió a tomar la barca para dirigirse a su costa, feliz con su mantra.
A las pocas horas de marcharse, el anciano regreso. Le dijo al joven: - Disculpa, pero me he olvidado las palabras del mantra. ¿Podrías repetírmelas? -
El joven así lo hizo. Sin embargo, no se reprimió de pensar que, si el anciano no era capaz de retener un mantra, no sería capaz de avanzar en el camino espiritual. Pero su sorpresa fue extraordinaria cuando de repente vio que el anciano cruzaba el río caminando sobre las aguas”
Reflexión
El conocimiento, la disciplina y las metodologías son importantes para la iluminación espiritual, pero la intención del corazón, la humildad y la bondad en cada acto de nuestra vida, también son las llaves para abrir las puertas de la sabiduría personal y lograr una nueva conexión con nuestro maestro interno, que realizan muchos milagros deseados y también inesperados.
2. Pesadas Cadenas
“Era un monje que, a pesar de todos sus esfuerzos espirituales, no hallaba la paz interior. Angustiado, el discípulo acudió a su maestro y le pregunto:
- ¿Cómo puedo liberarme?
El maestro contestó:
- ¿Y quién te ata?”
Reflexión:
La mente no entrenada y tampoco dominada, nos produce pensamientos obsesivos y autodestructivos que alimentan la culpa y la vergüenza, llenándonos de dolor interior.
Para huir de ese sentimiento nos refugiamos en el alcohol, las adicciones y dependencias afectivas, así como también, en el afán de poder, dinero, sexo y control sobre los demás y exageradas necesidades de reconocimiento social. Por eso, nos convertimos al huir de nosotros mismos, en el juez, carcelero y ejecutor de una sentencia que cumplimos por años dentro de nuestras cárceles emocionales.
3. La prisión más segura
“Dicen que Dios reunió a tres almas que iban a reencarnar en poco tiempo. Les dijo:
- Ha llegado el momento de decidir acerca de su próxima reencarnación. Antes de decidir qué seréis en vuestras próximas vidas, me gustaría saber qué deseáis realmente para vuestra propia existencia.
Una de las almas dijo:
- Quiero nacer en una familia muy rica y poder, así, disponer de toda una vida de gustos y placeres.
Otra de las almas se expresó así:
- Quiero poder viajar durante toda mi vida, conocer ciudades de todo el mundo.
La tercera de las almas, que escuchaba atentamente a los demás, con toda humildad dijo:
- Dios, para mi existencia no quiero nada en especial. En mi reencarnación no me interesa tener riqueza ni fama. Sólo quiero que me des una mente clara que me permita disfrutar de lo mucho o poco que me toque tener y hacer.”
Reflexión:
Es vital para el despertar espiritual que nuestra mente esté libre de deseos superficiales y mundanos. La paz interior no se puede lograr sin conocer, aceptar y entender nuestra naturaleza. Una mente inmadura puede desanimarnos en la consecución del camino hacia la Serenidad Personal.
Bibliografía:
- Jorge Bucay. (2000). Cuentos para pensar. Editorial Océano.
- Yosano Sim y Pedro Palacio Palao Pons. (2015). Cuentos Tibetanos. Ediciones Karma.