El hombre occidental ha promovido toda clase de tecnologías que le permiten explorar, aprender y profundizar en su mundo externo, pero cada vez se aleja más de sí mismo.
Esta desenfrenada carrera hacia la modernidad en busca de respuestas light, realmente no le ha generado un mejoramiento en su calidad de vida a nivel físico, emocional y mental.
Las culturas orientales enseñan que el ser humano tiene tres caras: la primera es la que muestra socialmente, la segunda es la que expone ante su familia y seres queridos, y la tercera sería aquella que casi nunca le revela a nadie, pues es el auténtico reflejo de quién es.
- Lea también: Los errores que afectan el amor en la pareja
- Además: El alcoholismo: un oscuro camino hacia la autodestrucción
- Le puede interesar: Sanando las emociones
Descubrir la verdadera cara de cada uno, puede ser una maravillosa experiencia o, por el contrario, el más aterrador y perturbador de los encuentros, debido a que en nuestra sociedad no se le ha dado la merecida importancia al encuentro consigo mismo.
Afortunadamente, la especie humana tiene una tendencia o programación natural hacia el crecimiento personal, ya que, gracias a su inteligencia e instinto de supervivencia, buscará tarde o temprano, una mejor versión de sí mismo para superar los obstáculos de la existencia.
Este proceso vital de hallar los recursos internos no debería hacerse solo, sino en compañía de expertos en las áreas de la psiquiatría, la psicología y la terapia integral.
Ellos, desde su amplia experiencia pueden ayudar al consultante hacia las respuestas más profundas que necesita para desarrollar un proyecto de vida congruente, basado en las preguntas esenciales de la vida tales como: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Dónde estoy? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué quiero? ¿Qué me falta ser? Y ¿cuáles cosas deseo erradicar para continuar con mi vida?
En busca de la salud mental
El terapeuta y su paciente o asesorado iniciarán un camino exploratorio, con el fin de encontrar en el inconsciente respuestas a comportamientos y hábitos negativos.
Es importante recordar que la mayoría de las enfermedades se originan en el inconsciente, el cual funciona como una especie de sótano donde se almacenan las experiencias más dolorosas, desagradables y traumáticas que nos han ocurrido a lo largo de la vida.
Al reprimir estas emociones, el cuerpo genera diferentes mecanismos de alerta como respuesta a una sobrecarga de estrés, angustia y ansiedad, produciendo enfermedades psicosomáticas que se manifiestan en alergias, afecciones inmunitarias, úlceras, malestares crónicos y bloqueos energéticos y sexuales.
En ciertos casos, también pueden conducir a la depresión, las adicciones y dependencias afectivas, cuyas patologías y condiciones nos limitan y agotan los recursos interiores que deben usarse para alcanzar el equilibrio emocional, la salud y el bienestar integral.
¿Cuándo pedir ayuda psicológica?
A continuación, les comparto algunas preguntas que usualmente los equipos de trabajo y apoyo terapéutico hacen a sus asesorados, con el propósito de evaluarlos y elaborar hipótesis para trazar estrategias eficaces a través de respuestas asertivas que les contribuyan en la rehabilitación.
Por eso, queridos lectores quiero invitarlos a contestar este cuestionario con una buena actitud y desde la premisa de que la verdadera recuperación se basa en dos columnas esenciales: “la de la voluntad” y “la sinceridad” para que cada uno se responsabilice de la decisión de pedir o no ayuda psicológica.
1. ¿Presenta dificultades en aceptarse tal y como es a nivel físico, emocional y mental?
2. ¿Casi nunca termina los proyectos que empieza en el área laboral, profesional y familiar?
3. ¿Tuvo una madre sobreprotectora en su infancia que lo limitó en la construcción de una personalidad independiente?
4. ¿Su padre no le expresó sentimientos de afecto, apoyo y estuvo ausente durante su infancia?
5. ¿Para sobrellevar emociones de miedo, ansiedad y resentimiento acude al consumo del alcohol, las drogas, el sexo, el juego, el trabajo, entre otros, desplazando a su familia y pareja?
6. ¿Siente que su vida pierde sentido y propósito, llenándose de un vació existencial que pesa cada día más?
7. ¿No es capaz de tomar decisiones ni cumplir sus compromisos y mucho menos aprovechar las oportunidades positivas de la vida?
8. ¿Escoge parejas afectivas que resultan ser manipuladoras, tóxicas, controladoras, inmaduras, conflictivas y mentirosas, pensando que puede desengancharse de ellas por estar “enamorado”?
9. ¿Ha tenido pensamientos de abandono hacia sí mismo, que lo llevan a intentar hacerse daño?
10. ¿Pasa mucho tiempo frente al televisor, computador, celular o tablet, malgastando su descanso físico y mental mientras argumenta que ese mal hábito es productivo para usted?
11. ¿No logra disfrutar de sus logros pues siempre hace falta “algo más” para estar satisfecho?
12. ¿Gasta su dinero excesivamente y utiliza sus tarjetas de crédito al momento de comprar ropa, joyas, viajes e ir a restaurantes lujosos con el fin de mostrar una imagen de abundancia y riqueza que no son ciertas?
13. ¿Estalla en ataques de ira cuando se encuentra en alguna situación de estrés, actividad intensa o es confrontado por alguna persona?
14. ¿Le cuesta trabajo hablar de sí mismo y expresar sus sentimientos, cargando con resentimientos y dolores del pasado que le hacen ver el lado negativo de la vida?
15. ¿Siente que le invade la ansiedad y la impaciencia, y sus pensamientos le producen intranquilidad, culpa, tristeza, pánico y cansancio mental?
16. ¿Piensa que su vida no vale la pena y lo que antes le gustaba ya no lo entusiasma?
17. ¿Está atravesando una etapa de duelo de un ser querido, la pérdida de su trabajo, el deterioro de la salud o el rompimiento con su pareja?
18. ¿Necesita ser aprobado y querido por todos? ¿Ansía el poder, la fama y el dominio sobre los demás?
19. ¿No puede organizar sus ideas, metas y objetivos, por lo que tienes obstáculos para desarrollar un proyecto de vida sano y equilibrado?
20. ¿Son sus logros materiales más importantes que su vida y descubrimiento interior?
21. ¿Los celos, las dudas y la falta de confianza le imposibilitan al momento de llevar una vida segura y en paz?
22. ¿No es coherente entre lo que dice, siente, piensa y hace?
23. ¿Tiene la necesidad de asistir a una terapia que le permita crecer interiormente, mejorar su personalidad, conectarse espiritualmente y aprender el arte de vivir plenamente?
24. Necesita encontrar su verdadera cara en el espejo y decirse a sí mismo: Si no soy yo ¿quién? Y si no es ahora ¿cuándo?
25. ¿Quiere dedicar una o dos horas en cada sesión completamente a usted mismo para poder expresar sus emociones libremente, en un ambiente cómodo y confiable como lo es el del consultorio de un terapeuta humanista, receptivo y objetivo cuyo deseo principal es el de entenderlo, no juzgarlo y ayudarlo a superarse?
