Cuando hablamos de indicadores en salud, son más los buenos comparados con el resto del
mundo, que los menos buenos. Por ejemplo, según la última información disponible de la
OCDE, la expectativa de vida de los colombianos es de 73,7 años y en Estados Unidos de 74.2.
Si se compara esa expectativa de vida después de los 65 años, ¡oh sorpresa!, es mayor en
Colombia. Este dato es aún más significativo si tenemos en cuenta que el per cápita de nuestra
UPC es de apenas 250 dólares vs los 14.000 de Estados Unidos. Además, es igual cuando se
compara con los países europeos o Canadá, donde ese gasto es aproximadamente de 3.000
dólares.
El enorme costo-efectividad, su bajo gasto de bolsillo, los resultados de la gestión del riesgo;
clínica y de la salud, hacen que nuestro sistema se considere como uno de los mejores del mundo
y no de los peores como la ministra y el propio presidente lo han afirmado.
Hay inequidades muy graves en las regiones rurales, apartadas y con población dispersa del país
que es un deber resolver. En mi campaña propuse dar prioridad a los determinantes
socioeconómico-ambientales que son los que más afectan negativamente la salud humana.
Preocupan además las apreciaciones de la ministra sobre las finanzas del sector. Su errada
interpretación de la reforma tributaria del año 2012, que ojalá haya sido un lapsus, porque decir
que los empleadores no hacen aportes para la salud, es un despropósito e irrespeto. Se incluyeron
en la renta y de hecho con los incrementos a este impuesto, seguramente los aportes son hoy
mayores.
Son varios los temas que generan preocupación en las declaraciones del gobierno en materia de
salud. Pretender hacer una reforma estructural para una política de Estado, requiere, como
derecho fundamental que es la salud, acceso a todos y cada uno de los documentos técnicos,
científicos, jurídicos y económicos que la justifican. El Congreso de la República no podrá
siquiera considerar estudiar un texto de reforma sin los documentos técnicos que representen al
sector en su integridad. Es gravísimo haber despedido a funcionarios técnicos del ministerio.
Esto tendrá como consecuencia inevitable, el debilitamiento de la institución ente rector del
sistema. Esperamos respuestas a estas inquietudes porque lo que está en juego es la vida de
millones de compatriotas. Con la salud no se juega.
Creado Por
Juan Manuel Galán