Votaré en blanco porque creo que Gustavo Petro, una vez alcanzado el poder, es un peligro para la libertad de expresión y el ejercicio de la profesión periodística.
Votaré en blanco porque en Colombia es muy fácil el manoseo de la Constitución, como demostró Álvaro Uribe, y creo que Petro tendrá la misma tentación.
Votaré en blanco por lo absurdo e irrealizables de algunas propuestas de Gustavo Petro como graduar, al finalizar cada nivel secundario, medio millón de desarrolladores de software.
Votaré en blanco por el insulto a la inteligencia que suponen algunas propuestas de Petro que él sabe que no cumplirá.
Votaré en blanco por el anuncio de Petro de suspender la explotación petrolera, que en este momento del mundo no se le ocurre ni al que asó la manteca.
Votaré en Blanco por la tentación que ha dejado ver Petro de darle a la maquinita de imprimir billetes.
Votaré en blanco por el anuncio de Petro de subida de aranceles, que pondría el dólar a 6.000 pesos con el consiguiente mayor empobrecimiento del país.
Votaré en blanco por los políticos que acompañan a Petro como Alfonso Prada, Roy Barreras, Armando Benedetti y Piedad Córdoba; para nombrar sólo los más conspicuos y cuya obra conocemos muy bien.
Votaré en blanco por las estrategias de la campaña de Petro, suficientemente documentadas, para desacreditar rivales políticos.
Votaré en blanco porque Petro acudió a una notaría a certificar que no habría expropiaciones en su gobierno, demostrando con ello su desconocimiento de las facultades del Estado o que toma a sus conciudadanos por idiotas.
Votaré en blanco por la matraca de lenguaje inclusivo al estilo de Nicolás Maduro a la que nos someterá Gustavo Petro, de la cual tuvimos una muestra cuando en la noche del 29 de mayo, dio las gracias a los “testigos y testigas” del proceso electoral.
Votaré en blanco porque en caso de muerte o incapacidad en el ejercicio del poder por parte de Petro, ocuparía el cargo Francia Márquez, una señora racista, fundamentalista y sin preparación para ejercer la jefatura del Estado.
Votaré en blanco porque tengo doble nacionalidad, y por ello encuentro deleznable la afinidad de Gustavo Petro con los líderes de Podemos, comunismo español del siglo XXI y excrecencia de la izquierda que está mandada a recoger.
Votaré en blanco por el anunciado desembarco en Colombia como “mediador de paz”, si gana Petro, de José Luis Rodríguez Zapatero, el peor ex presidente y la persona que más daño ha hecho a la convivencia en España, en cuarenta años de democracia en aquel país.
Y también votaré en blanco porque Rodolfo Hernández despierta dudas éticas, y es una afrenta a la estética, a los buenos modales y al trato correcto entre personas educadas.
Votaré en blanco porque Rodolfo Hernández es el clásico colombiano iracundo, tan peligroso como Álvaro Uribe. Entre “te rompo la cara marica” y “le pego un tiro” casi prefiero la opción que me ofrece Uribe.
Votaré en blanco por el desembarco del uribismo en la campaña de Rodolfo Hernández.
Votaré en blanco por la simpatía manifiesta de Rodolfo Hernández hacia Donald Trump.
Votaré en blanco por la simpleza de la pregonada lucha contra la corrupción que llevó a Rodolfo Hernández a segunda vuelta.
Votaré en blanco por la anunciada creación del Instituto de Devolución del Dinero Robado y las recompensas a los delatores del veinte por ciento de lo recuperado.
Votaré en blanco por el estímulo de Hernández a la cultura colombiana de reclamar recompensas, en lugar de motivar el civismo y generoso comportamiento ciudadano.
Votaré en blanco porque Rodolfo Hernández promete cerrar veintisiete embajadas, con el detrimento que ello implica para las relaciones de Colombia con el exterior, y el caos que supondría para la inmensa colonia de colombianos que viven fuera del país.
Votaré en blanco porque no se puede volver a la esclavitud proponiendo colonias de trabajo forzado con condenados por delitos comunes.
Votaré en blanco la simpleza y el peligro que representa la propuesta de Hernández de ofrecer droga a los consumidores como solución al problema más grave de Colombia.
Votaré en blanco porque Rodolfo Hernández es un pozo sin fondo que no sabemos a dónde puede llevar a este país.
Votaré en blanco porque ya basta de tener que votar en contra de un candidato, en lugar de votar por un buen presidente.
Votaré en blanco porque ni Petro ni Hernández dijeron qué hacer con el principal problema de Colombia: la producción, tráfico, lavado del dinero y consumo de cocaína, cuatro factores indisolubles de un mismo asunto.
Votaré en blanco porque Petro y Hernández se limitaron a repetir como loros el cuento de la “lucha contra el narcotráfico” de todos los candidatos cada cuatro años.
Votaré en blanco por los cuatro años de populismo que nos esperan.
Votaré en blanco porque cualquiera de estos dos caballeros tocará los cimientos del Estado.
Votaré en blanco porque ninguno de los dos candidatos a la presidencia inspiran confianza como estadistas. Iván Duque, quien ahora acaba mandato, tampoco la inspiraba como candidato, y deja un país peor que el que se le entregó hace cuatro años; prueba que las naciones no mueren y resisten la mala gestión de cualquier político. Con Petro o Hernández al mando del Estado solo cabe esperar como único bien que, gane quien gane, abandone el cargo el 7 de agosto de 2026. No les pidan otra cosa