Ciertos políticos son alérgicos a la literatura y adictos al poder. ¿Cuándo ha visto el lector a uno de estos personajes citando a los escritores clásicos o contemporáneos, recomendando una buena novela o criticando otra?
Uno pensaría que los políticos no tienen tiempo para perderlo en cosas de intelectuales. Lo de ellos es el poder, la estrategia clientelista, el culto a la personalidad, el cálculo electoral, el voto con plata entra a la urna, la oratoria y el discurso, aunque para la mayoría la especialidad es la cháchara.
Son buenos siguiendo las recomendaciones que hacen Robert Green y Joost Elffers en el libro Las 48 leyes del poder: “…incluso cuando lo que diga sea sólo una banalidad, parecerá una idea original si la plantea en forma vaga, abierta y enigmática”.
Es raro que a los políticos no les guste la literatura sabiendo que son buenos echando cuentos a sus electores. La ley 32 del mentado libro dice: “Juegue con las fantasías de la gente. Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder”. (¡Pobres masas!). Alguna vez escuché que ese era el libro de cabecera de Álvaro Uribe.
Si un político se refiere a un escritor debe ser por error. En el año 2014, cuando murió Gabriel García Márquez, Nobel de literatura y padre del Realismo Mágico, la hoy precandidata del uribismo a la presidencia, María Fernanda Cabal, publicó en Twitter una foto de escritor junto al presidente cubano Fidel Castro con la siguiente frase: "Pronto estarán juntos en el infierno".
Una más de sus célebres “metidas de pata”. Reculó borrando el trino ante la indignación nacional pero luego precisó: "Jamás cuestionaría la grandeza literaria de Gabo. Eso es indiscutible. Su afinidad con el castrismo sí. Y su indiferencia con Colombia".
Me gustaría oírla hablar sobre la grandeza literaria de Gabo. No la interrumpiría. Cuando me dé el chance, le preguntaría encantado: si Gabo está en el infierno ¿a dónde iría usted, doctora Cabal, a su turno? La duda me carcome como gusanito en guayaba.
Gabo nos recordó en Cien años de soledad la masacre de las bananeras, un hecho real y lamentable de la historia colombiana, ocurrido en diciembre de 1928 con un saldo trágico de tres mil trabajadores asesinados, como lo registraron los periódicos de la época. Sin embargo, en el 2017 la señora Cabal historiadora dio a entender en un programa de radio que Gabo se inventó los muertos, que la masacre “es otro de los mitos históricos que se trae siempre en la narrativa comunista, donde tienen una cifras que ni siquiera hoy consigue usted (…)”.
Colombia no es un país lector, ya sea por falta de formación, de tiempo o de dinero (no es el caso de los poderosos), aunque en las bibliotecas leer es gratis. Bueno sería que todos nuestros políticos consideren la literatura, el ensayo y la filosofía como parte del ejercicio del poder… así sea para que parezcan más inteligentes.
En un reciente debate de la revista Semana, Vicky Dávila le preguntó a la señora Cabal cuál era su libro favorito y ella dubitativa –como se ve en el video- respondió con risita nerviosa: “Pedro Páramo… me encantó… realismo mágico”. Ah, verdad, -digo yo- el mismo realismo mágico de los tres mil muertos.
Yo de malo le habría pedido un resumen con personajes, nudo y desenlace sobre la novela del mexicano Juan Rulfo, como mandaban en el colegio. ¿Se acuerdan?
A la mayoría nos pusieron a leerlo en bachillerato y muchos no volvieron a coger un libro desde entonces. No tienen la culpa, porque el sistema educativo colombiano está hecho para cogerle rabia a los libros en vez de amor a la lectura, de la misma manera que el sistema está hecho para que los políticos le agarren amor al poder en vez de respeto a los ciudadanos. La ley 27 del libro aquel es clara: “Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo”. Me acordé de las tales jugaditas del Centro Democrático.
Top 5 de pódcast literarios
Estamos a tiempo de solucionar ese desamor hacía los libros. Hoy tenemos a disposición miles de pódcast y audiolibros que nos permiten escuchar obras maravillosas de autores de cualquier tiempo, mientras hacemos ciertas actividades. A los siguientes se accede de manera gratuita.
Literatura para oír: A través de la magnífica voz del periodista Carlos Ignacio Cardona y la realización de Jorge Echavarria, la Radio Bolivariana de la UPB nos sumerge en el conocimiento de la literatura por medio de extraordinarias narraciones.
Come Cuento: Cada mes la conductora del programa, Miña Peña, invita a un escritor a que lea y comente uno de sus cuentos favoritos.
El paraguas literario: Tres estudiosas y fanáticas lectoras de literatura infantil y juvenil crearon este podcast para compartir sus experiencias lectoras y conversar con especialistas.
Libreros eléctricos: Sus creadores lo definen así: “Este podcast es un espacio para conversar alrededor de nuestras lecturas y anécdotas como libreros. Buscamos ampliar la promoción de la lectura, ahora desde una vitrina digital”.
La Langosta literaria: Desde México, la editorial Penguin Random House nos ofrece recomendaciones literarias, entrevistas con autores y programas temáticos como “Libros sin final feliz” o “La muerte y sus libros” que me encantaron.