Durante la pasada cruzada presidencial, el equipo de la Colombia Humana acuñó una potente frase, que en los largos meses de campaña electoral se convirtió prácticamente en un himno de la izquierda radical colombiana, un grito de guerra que emocionaba a algunos y estremecía a la mayoría: “Cambia Antioquia, cambia Colombia”
Antioquia no se escapa de todos los pecados del país, obviamente, en nuestro amado Departamento hay serios problemas por falta de planeación, ineficiencia e ineficacia del sector público, tristemente también de corrupción y politiquería, así como una extrema concentración de la riqueza en el área metropolitana, sin embargo, también es cierto que nuestro territorio ha sido ejemplo nacional en gestión pública, desarrollo humano y empresarial, sin que ello quiera decir que no tenemos demasiado por mejorar.
Ese modelo de gestión público/privada, más una conciencia colectiva de la necesidad de generar políticas públicas de largo plazo, sin importar el nombre o partido del gobernante de turno, ha generado un tejido social y empresarial importante, cultura que ha fortalecido la institucionalidad y, por lo tanto, la democracia y el desarrollo en el Departamento.
No es gratis el destrozo institucional y social pretendido por el alcalde Quintero, esto es, romper el modelo de planeación y gestión del trinomio empresa – estado – academia. Él, busca dañar lo poco o mucho que hemos logrado en años, para implantar un modelo político populista, demagógico y corrupto, del cual ya hemos probado lo suficiente en estos casi cuatro años.
No contentos con eso, sumado al desastre de los primeros meses de gobierno de Gustavo Petro, nos quieren repetir nuevamente la dosis en la próxima elección, eso sí, todos Petristas / Quinteristas ahora niegan a sus padrinos, otra enseñanza de “pinturita”, que gobierna con toda la corruptela, pero se define como “independiente”.
Celebro entonces los esfuerzos que se están haciendo para contrarrestar la amenaza de la izquierda populista en Antioquia, para lograr una coalición, lo más amplia posible, generosa, incluyente y democrática, conformada por distintos grupos políticos con profundas diferencias entre sí, pero unidos por el amor a Antioquia, pero sobre todo por amor a Colombia.
Hoy nuestro Departamento es el muro de contención para la consolidación del modelo de izquierda radical, liderado por Gustavo Petro y ejecutado por Daniel Quintero en Medellín, cobra especial relevancia la frase insignia de la campaña “Cambia Antioquia, cambia Colombia” que en realidad quiere decir “Ganamos en Antioquia, nos perpetuamos en el poder el Colombia”.
Hay muchos candidatos en el partidor, demasiados para mi gusto, tanto, que la ciudadanía, en vez de conectarse ya con las elecciones, se siente agobiada por el bombardeo de candidatos, algunos ya conocidos y otros como sacados del sombrero de un mago. La dinámica política se encargará de ir decantando los aspirantes hasta llegar a un número digerible de personas y propuestas.
Por el momento, lo importante es seguir promoviendo las coaliciones, que vuelvan posibles candidaturas importantes e identificar a los solapados, verdaderos promotores y seguidores de las políticas radicales de los personajes que hoy gobiernan en el País y en el Distrito.
Sin mas vueltas, ojo con Luis Pérez, quien terminaría siendo el elemento unificador de Petro, Bedoya, Trujillo y Quintero para la Gobernación. Atención también con el señor Upegui, el tránsfuga de Corredor o el otrora defensor de Quintero en el Concejo Lucas Cañas, todos untados hasta la coronilla de mermelada Petrista / Quinterista, por mencionar solo algunos.
Cambia Antioquia y se consolida el Petrismo, mantengamos la democracia, la pujanza empresarial y social de nuestro Departamento, combatamos la desigualdad con emprendimiento, cerremos la brecha de desarrollo entre el Departamento y el Área Metropolitana con educación, tecnología e infraestructura, resolvamos nuestros problemas con la verraquera que nos caracteriza y no con el populismo, la mentira y el odio que nos quieren imponer