“La muerte de Iván Ilich” es una novela escrita por Lev Tolstói en 1886. Y así como Iván asiste lentamente a su muerte y la obra es una crítica a la Rusia Imperial de su momento, “La muerte de Yevgueni Prigozhin” podría ser fácilmente narrada, por una mano maestra, como una extraordinaria historia de la siempre bien ponderada literatura rusa.
Después de la “Marcha sobre Moscú” solo había que esperar a que algo así sucediera; sin embargo, se vio a Prigozhin volviendo a sus andanzas por África tal como quedó registrado en un video del 21 de agosto publicado por Telegram. A pesar de ello, muchos creían que Prigozhin era hombre muerto y que, el desenlace de toda la trama, sería solo cuestión de tiempo.
De repente, pudimos asistir por varios medios internacionales de comunicación a las imágenes de un accidente aéreo que, cubriendo la ruta Moscú – San Petesburgo, confirmaban la muerte de Prigozhin, desatando así todo tipo de especulaciones y el tema volvió ser noticia dejando tres grandes interrogantes: ¿fue un accidente o una venganza del Kremlin?, ¿cuál será el futuro del Grupo Wagner (GW)? y ¿tendrá alguna repercusión política para Putin?
En medio de las hipótesis, en Rusia han sostenido la teoría de una conspiración internacional y la mirada obviamente se volvió contra Zelensky. Tal como lo dijeron para Al Jazeera Sergey Markov o Dmitry Babich quienes apuntan a que, por un lado, es un acto más del terrorismo ucraniano y un ajuste de cuentas en el marco de la “operación militar especial” y; por el otro, que si Putin quisiera deshacerse de Prigozhin, lo hubiera hecho utilizando todas las armas legales, que tiene a su mano, para dejarlo de por vida tras las rejas.
Pese a ello, hace un par de días, Sky News publicaba “Litvinenko poisoning and a journalist gunned down: The critics of Vladimir Putin who met untimely deaths” que no es otra cosa diferente a una relación contextualizada de las muertes de los enemigos del hombre fuerte del Kremlin.
Ahora bien, con respecto de la suerte que tendrá el Grupo Wagner, es arriesgado decir algo toda vez que en el mismo avión iba Dmitry Utkin, segundo hombre al mando de la estructura paramilitar. No obstante, al hacer un mapeo del norte de África donde opera el WG (Libia, Sudan, República Centro Africana, Mali) vale preguntarse si algo tiene que ver esto con todo lo sucedido en materia de Golpes de Estado en Sudan del Norte (2021), Mali (2020), Chad (2021), Burkina Faso (2021), y los dos más recientes Niger (julio-2023) y Gabón (agosto-2023).
Para saber si Putin saldrá fortalecido o debilitado de todo esto, habrá que esperar así como tuvimos que aguardar durante dos meses para apreciar un movimiento tras la traición (en términos de Putin) de Prigozhin. Lo que si queda en el ambiente es que su muerte puede ser tomada como otro mensaje implícito para todos aquellos que se oponen al líder del Kremlin. ¿Una suerte de crimen y castigo?
Incluso, para quien asuma el control del Grupo Wagner, o en otro frente de la política rusa, porque no resulta una mera coincidencia que el mismo día que el avión explotaba en el aire, el general Surovikin fuese destituido de sus funciones.
Así las cosas, especular sobre el futuro del Kremlin no resulta lo más adecuado. Es preferible, en ese sentido, resaltar que el modelo de liderazgo de Putin se legitima -en apariencia- más sobre el terror que propiamente por el carisma o por otro dispositivo que refuerce su autoridad sobre toda la Madre Rusia.
