En las últimas semanas se ha suscitado un debate entre la Administración Distrital y el Ministerio de Educación entorno al desarrollo del proyecto “Multicampus Universitario para Suba”. Como ya es costumbre en esta alcaldía, la posición de los funcionarios respecto a este tema es la de endilgar la culpa de los incumplimientos al Gobierno Nacional. No obstante, así como tapar el sol con un dedo es imposible, Galán no puede esconder que fue su decisión terminar anticipadamente en el mes de junio el contrato para la estructuración, desarrollo y ejecución integral de la Ciudadela Educativa y del Cuidado (Contrato de colaboración empresarial entre Las Galias y Renobo No. 430 de 2023). Sumado a esto, el Plan Distrital de Desarrollo 2024-2027, priorizó el tramo norte de la Avenida Longitudinal de Occidente sobre la infraestructura educativa y para el cuidado que tenía como objeto beneficiar a millones de ciudadanas y ciudadanos del noroccidente de Bogotá.
Todo este reacomodamiento de las disposiciones contenidas en el Plan de Ordenamiento Territorial vigente (POT) puso en jaque la posibilidad de disponer de los terrenos originalmente destinados para el multicampus de Suba; terrenos estratégicos por su ubicación central y que contaban con las condiciones técnicas requeridas para su desarrollo. A raíz de esto, el riesgo de reubicar los terrenos en otro lugar se hizo presente y alertó a la comunidad sobre la posibilidad de que el proyecto original quedara reducido a algo mínimo y sin el impacto social estratégico pretendido. Así, gracias a la movilización social y a la presión política de los sectores críticos de esta administración, logramos que los predios asignados no cambiaran de lugar y que las características técnicas se mantuvieran.
Esto, sin embargo, ocasionó retrasos considerables en la etapa de estructuración del proyecto, pues los terrenos fueron asignados solo hasta finales del mes de julio para la revisión por parte del Ministerio de Educación Nacional quien deberá determinar la viabilidad técnica, jurídica y urbanística de estos. Si bien es cierto que los terrenos se encuentran georreferenciados en el mismo lugar que dispuso el POT, los lotes asignados no son los mismos y, debido al deseo del alcalde de construir la ALO, estos quedarán fragmentados por esta mega vía de aproximadamente 100 metros de ancho. Esto último es quizás lo que más genera disgusto entre quienes defendemos que el proyecto debe ser integral y principal, y no un apéndice de una vía que hoy no cuenta con estudios y que no representa una solución de movilidad para la ciudad.
Frente a esto último, solo hasta el 20 de agosto, mediante contrato 1746-2023, se inició la actualización de los estudios y diseños de la ALO entre los tramos comprendidos entre la calle 80 y la calle 153; este contrato que tiene una duración estimada de 15 meses se desarrollará en los terrenos definidos para la actuación estratégica Ciudadela Educativa y del Cuidado. Preocupa, como señala el director general del IDU en respuesta a un derecho de petición radicado por mí a finales del mes de agosto, que solo a partir de los productos de la ejecución del contrato referenciado se podrán establecer las áreas a ceder para el desarrollo de esta actuación estratégica. Es decir, aparte del fraccionamiento del multicampus por vías arteriales, también se verán afectados los equipamientos integrales que complementaban el desarrollo de este proyecto. Así, por ejemplo, valdría la pena preguntarse ¿qué destino tendrá la biblioteca zonal, el museo Muisca y el aula cultural? Infraestructuras contempladas en el documento técnico de soporte en el nodo correspondiente al multicampus. Si frente a estos elementos no hay certeza, ni hablar del centro de formación, la sede del SENA y los dos colegios que iban a complementar este ecosistema educativo que en total sumaban un aproximado de 5.25 hectáreas.
En todo caso, esperamos que esto se resuelva pronto y sin recurrir a las soluciones fáciles de apiñar todo en los predios asignados; pues esto sería condenar al proyecto de multicampus y a la actuación estratégica a una precariedad espacial que impedirá que los resultados buscados por estas obras se alcancen. En otras palabras, que las condiciones mínimas que requieren los procesos de formación, en este caso de educación superior, no se den y, por lo tanto, se genere un detrimento en la cobertura, la calidad y la pertinencia de la educación ofertada.
En estas circunstancias de incertidumbre el Gobierno Nacional ha tenido que ajustar sus proyecciones iniciales e iniciar los estudios para certificar la viabilidad de los nuevos predios asignados por el Distrito. Según ha reportado el Ministerio de Educación se prevé una inversión aproximada de cuatrocientos mil millones de pesos para el multicampus de Suba, esto se enmarca en una política de priorización de la inversión estatal para aumentar la oferta de educación superior pública y así poder alcanzar las metas de cobertura que el Gobierno del Cambio le ha propuesto al país. Recordemos que en Bogotá tan solo el 51% de estudiantes matriculados en grado once logra entrar a educación superior.
Para el caso específico de la localidad de Suba, esta cifra resulta más dramática. En 2022 un total de 5.410 jóvenes no realizaron tránsito inmediato a educación superior, esto corresponde aproximadamente a un 10% de los jóvenes de Bogotá que no acceden a ninguna de las modalidades de educación superior que se ofertan en la ciudad; si sumáramos la localidad de Engativá (otra de las localidades beneficiadas con el multicampus universitario de Suba) el porcentaje de jóvenes que no pueden acceder a una universidad, a un instituto técnico o tecnológico, alcanzaría el 25% del total de jóvenes en Bogotá. Como si esto no fuera suficiente, las y los jóvenes de Suba que sí logran entrar a la educación superior gastan entre 55 minutos y 1 hora para llegar a la institución donde estudian.
Así pues, fue en el marco de este contexto que el alcalde Galán decidió decantarse por la construcción de una mega vía de 12 carriles sacrificando espacio para el desarrollo de un ecosistema educativo integral que beneficiaría entre 17.000 a 20.000 jóvenes de la ciudad. Por esto, resulta controvertible la postura de algunos funcionarios de la actual administración que aseguran que los retrasos y futuro del proyecto de multicampus para Suba son responsabilidad exclusiva del Gobierno Nacional; incluso, me atrevo a decir que resulta entendible la molestia y crítica del Ministerio de Educación con el Distrito, pues es el gobierno de Bogotá el que realmente ha cambiado las condiciones del Convenio Interadministrativo suscrito entre el Gobierno Nacional y Bogotá en diciembre de 2023.
Como consecuencia de lo anterior, se retrasó la etapa de estructuración y ahora el Ministerio deberá evaluar si los predios entregados, en las condiciones de fragmentación mencionadas, son los adecuados para desarrollar la apuesta del Gobierno del Cambio por entregarle a Bogotá infraestructura educativa para la educación superior pública que cumpla con los estándares de calidad, dignidad y pertinencia. Por esta razón, afirmamos que el riesgo de que no se concrete el multicampus de Suba es real, por lo menos, tal y como inicialmente se tenía previsto, es decir, un proyecto educativo integral y conectado ya no será posible.
Esta realidad nos compromete, a la sociedad civil, a las y los liderazgos políticos locales, distritales y nacionales que luchamos por una educación como derecho y, en particular, a quienes hemos luchado toda una vida por una educación superior digna, de calidad, transformadora y para todos y todas, a sumar todos los esfuerzos para que el Ministerio de Educación Nacional y la Administración Distrital logren concretar acuerdos y avancen con seguridad y celeridad en el desarrollo de este proyecto tan importante para los y las habitantes del noroccidente de Bogotá. Junto con mi equipo acompañaremos una serie de iniciativas de movilización y organización ciudadana para hacer veeduría y control a este importante proyecto que debe materializarse, incluso si eso significa dejar atrás el proyecto caprichoso de una mega vía como la ALO.
