Si hay una fecha polémica para la historia hispanoamericana es precisamente el 12 de octubre. Sobre todo, a partir de 1992 cuando se viene trabajando en una nueva manera de comprender el choque de culturas que va, obviamente, más allá de la convencional historia de La Niña, La Pinta y La Santa María.
Hablar de descubrimiento para los revisionistas resulta algo complicado, pues, ello valdría un serio problema para entender el legado, principalmente, de los pueblos maya e inca y más aún darle a Colón una importancia cuando nunca tuvo una conciencia tan nítida de la era geopolítica que estaba inaugurando. Quienes sienten en “La marca de España” algo incómodo, sostienen un bloque de críticas y se hacen acreedores a un desconocimiento generalizado del acumulado histórico de las Españas.
El bloque de las críticas empieza con entender el Estado católico como una máquina opresora y genocida. Gran parte de “la leyenda negra” contra España se ubica en el campo del asesinato a los indígenas como si estos no hubieran asesinado españoles o como si hubiesen sido pueblos auténticamente pacíficos y respetuosos de la vida de sus semejantes. Una lectura de las obras de Francisco Suárez ayuda mucho a comprender el problema de Estado que supuso la Conquista.
La otra parte de la crítica radica en el poco nivel democrático del Estado absolutista que omite el influjo que tuvo las estructuras administrativas vigentes muchas de ellas durante la era republicana y algunas que sobreviven aún en nuestra actualidad. Ciertamente, el Estado Colonial produjo una mentalidad estatista y una cultura jurídica muy arraigada en la zona de influencia española.
Otra crítica recurrente es el saqueo. Este asunto nos lleva a pensar que ni siquiera los indígenas le daban el valor comercial a los metales y en ese sentido nos obliga a recordar parte del debate de “Las Relecciones” de Francisco Vitoria en materia de propiedad de la tierra. Ahora bien, mi crítica se centra más en el mercantilismo, como modelo económico, toda vez que ello reforzó el legado de la mentalidad colonial de un fuerte estatismo y frenó el espíritu creador como fuente de riqueza.
La última gran crítica es que el español fue un aniquilador de los dialectos indígenas. Los indigenistas han hecho de este asunto una de las banderas más agitadas de “la leyenda negra”; sin embargo, olvidan las glorias de la literatura española que, a riesgo de ser excluyente, van desde Séneca, pasan por la historia don Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, y llegan a su punto máximo en los versos de Quevedo y en la novela que subordinó la existencia de Alonso Quijano a la de don Quijote de la Mancha.
Estos mismos que omiten lo anterior es probable que ignoren la importancia histórica de los “Episodios nacionales” de Galdós, el poder de la narrativa de Pio Baroja o el aporte filosófico de Unamuno y Ortega y Gasset para entender la primera mitad del convulso siglo XX.
Lamentablemente, el odio profesado contra España ha privado a muchos para que valoren el barroco de Diego Velásquez, el romanticismo de Goya, el cubismo de Picasso y el surrealismo de Dalí. Expresiones artísticas que todas ellas han definido una manera de comprender y, si se quiere, de subvertir la realidad. Ahora bien, muchos de los críticos de España gustan de recorrer “pueblitos” sin que por ello reparen que gran parte de su arquitectura proviene de España y que allí donde está ese sello colonial, gústenos o no, está España.
Para ir cerrando, creo que el pretérito español es algo que se ignora cuando de criticar se trata. Las Españas son un cruce extraordinario de pueblos íberos, musulmanes y judíos. Su cultura es el producto de un sincretismo milenario que se puede apreciar en su música, su gastronomía, su arquitectura y, obviamente, su geografía. El desconocimiento de ello, no ayuda mucho a la comprensión de lo que somos como pueblos mestizos que llevamos tanto de indígenas como de españoles (sin omitir lógicamente nuestra raíz africana).
Según la ley 18 de 1987 estableció que "la fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos".
Dicha ley española, nos empuja a concluir que en 1492 quedaba atrás la historia de Al-Andalus y se iniciaba la era de “Hacer América” marcando un hito en la historia de la globalización y la geopolítica mundial.
Adenda. Hoy, 12 de octubre, Manizales cumple 174 años de su fundación por colonizadores antioqueños.
