Duque será el presidente. Hace cuatro meses ni siquiera figuraba en las encuestas y campeaban en los primeros lugares Fajardo, Petro y Vargas Lleras. Los superó a todos en la recta final.
A Fajardo lo desinfló el Google y a Vargas Lleras la mermelada. Petro se mantiene, pero a la baja porque es difícil hacer política sembrando odios de clase y emulando el discurso de Chávez sobre expropiación. Ya vimos lo que le pasó en Cúcuta, es que a nadie se le ocurre llegar a la ciudad más afectada por la desgracia socialista de Chávez, con discurso chavista. Se salvó de milagro porque el pueblo estaba exaltado.
Ayer, cuando El Tiempo puso de manifiesto el meteórico ascenso de Duque y el bajonazo de los demás, no pude menos que recordar cuando la campaña de Iván Duque era solo un sueño en la testarudez de Luigi Echeverri, con quien departía durante horas sobre el peligroso rumbo de los diálogos en Cuba a favor de las FARC y sobre la demencial ambición de Santos por el Nobel de paz, que compraría al precio que fuere y finalmente lo pagó con Colombia.
En aquellos diálogos siempre estuvo presente la respetable imagen de Uribe y obviamente la de Iván Duque, que revolucionaba en el senado por su inteligencia y la contundencia de cada uno de sus debates y quien a pesar de representar la oposición, se ganó el respeto de todas las bancadas, incluso de las más recalcitrantes de la izquierda y del gobierno.
Muy temprano los congresistas reconocieron en Iván Duque a un gladiador del pensamiento cuya capacidad dialéctica y comprensión del Estado hicieron merecedor del título “Mejor Senador de Colombia” en 2016 y 2017.
Hace unos dos años, Luigi me convocó, junto a un grupo de privilegiados, a su casa para hacernos partícipes de la decisión de postular el nombre de Iván Duque a la presidencia de la República. Uribe lo había formado para que fuera el primer mandatario, pero su respaldo habría que lucharlo en contienda democrática.
En poco tiempo aquellos quince amigos fuimos cien y mil y hoy millones. Luigi, Iván y Alicia Arango dejaron de dormir y pronto se corroboró que el carisma de Iván Duque es casi tan poderoso como su aura. Quienes lo escuchan comprenden que el país se salva en sus manos.
Le han llovido palos, claro, incluso de algunos de su propio CD que se valen de periodistas que pertenecieron al partido y que abrevan sus escritos en la porqueriza de su resentimiento. Otros, como el hermano minusválido de Pastrana insultan a Duque porque el pueblo lo prefiere a Martha Lucía-
Ya el país sabe que la elección presidencial de Colombia será entre el candidato en cuerpo ajeno de las FARC, posiblemente Petro, quien aspira a llevar a Colombia por el camino del socialismo hacia Cubazuela, y por el otro lado Iván Duque, candidato del país que queremos.
El domingo es ya. Invite a sus amigos y familiares. No camine, corra al puesto de votación y pida el tarjetón por Duque y por Colombia. A más votos y menos FARC.
Se catapultó Duque
Mié, 07/03/2018 - 05:56
Duque será el presidente. Hace cuatro meses ni siquiera figuraba en las encuestas y campeaban en los primeros lugares Fajardo, Petro y Vargas Lleras. Los superó a todos en la recta final.
A Fajar
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