En esta semana de recogimiento, los Santos Uribe, Pastrana y San per rezan jaculatorias públicas por quienes descendieron de La Habana al purgatorio en Harley Davidson, luego de constatarse que las FARC también pecan de oligarquía y proletariado y que unos se divierten con juguetes capitalistas, mientras otros curan el roto de sus pantaneras, chupan monte y cuidan secuestrados de cuyo rescate nunca sabrán nada, igual que los habitantes de Arauquita que ven pasar, alelados y hambrientos los petrodólares* del oro negro de sus sótanos.
Entre la bufanda de tierra caliente de Santrich y el arcaísmo socialista de Márquez fue planificada la famosa agenda para refundar el país en cinco pasos: primero la democratización del acceso a la tierra, que suena a chiste porque sus latifundios son enormes, gracias a despojos, asesinatos y desplazamientos; segundo: asegurar su presencia en el congreso, que ya está lista con la Ley de Justicia y Paz; tercero: la dejación de las armas, no su entrega, porque para ellos la firma de la paz no finaliza el conflicto, que solo acaba con las transformaciones sociales que piden; el cuarto punto es el del narcotráfico y ellos niegan cualquier relación con la droga, siendo como son, el cartel más visible del país. El quinto punto es el de las víctimas. Ellos son las víctimas.
El gobierno, con una excepción, siempre estuvo presto para aceptar la primera propuesta de la guerrilla, la falsa promesa, la ilusión, el merengue que dejó amargos sabores a San per y Andrés en el pasado y se los dejará a Santos, y si este porfía se los dejará al país, aunque “no estamos cediendo un milímetro de territorio, un milímetro de honor”. El cretinismo colombiano en materia de paz es proporcional a la idiotez con que entregamos la soberanía de nuestras fronteras a todos los vecinos en los años pasados a cambio de whisky y coctel.
Las jaculatorias de Santos y San per llevan indulgencias para que los del purgatorio fariano puedan sentarse a la derecha de Roy Barreras y a la izquierda de Piedad Córdoba. Las jaculatorias de Pastrana y Uribe no tienen indulgencias, las de este último por considerar que las FARC deben irse al infierno o mantenerse en el purgatorio, donde las hizo quemar los ocho años de su mandato y, las del primero porque el tema de Nicaragua y San Andrés distanció a Andrés de Santos a raíz de la amenaza de hacer públicas las actas de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y enviarlas a la Procuraduría. ¿Qué tema esconden?
El hecho de coincidir Pastrana y Uribe en sus críticas al proceso de paz de La Habana no implica una posible alianza para los comicios del 2014, ambos se repelen, todos escuchamos el dardo de Pastrana cuando afirmó que “a Uribe se le eligió para hacer la guerra y a mí se me eligió para hacer la paz”.
Santos cree y ha hecho creer a un sector de colombianos que la firma del acuerdo de paz con las FARC resuelve su tambaleante reelección, lo cual es grave, torna el tema de La Habana en un quid pro quo peligroso, porque el costo de la firma sube con el calor de las elecciones, así que a medida que se acerque la fecha, más exigirán las FARC y más estará Santos dispuesto a dar. Nuestro presidente no es ningún ingenuo y defiende el proceso con alicates, así lo demostró la histérica e innecesariamente grosera intervención del Ministro Carrillo ante el cuestionamiento de Pastrana.
Las FARC, mucho menos ingenuas y mejores ajedrecistas, advirtieron desde el principio que no harían una paz express, esto les permitió iniciar el proceso en tiempo neutro en materia política y ya vemos como, con pasito de bolereo habanero, nos conducen a que se defina en época electoral, cuando los individualismos, los intereses y las ambiciones se exacerban. Pastrana, que siempre ha estado en La Habana, entre Asunción y Tres Palacios, opina que Colombia se expone a dar en Cuba más de lo que va a recibir y pide a Santos que renuncie a la reelección para que pueda negociar sin presiones.
San per tampoco quiere ser mueble viejo y apoya a Santos porque dice que “existe una convergencia de astros en favor de la paz” y en la Universidad del Rosario expresó que “Maduro será Clave para el proceso de paz”, por eso salió a la palestra con un trino a la medida de la Semana Santa y directo al corazón de Juanma: “Pastrana criticando el proceso de paz de @juanmansantos es como el diablo enseñando catecismo al Papa Francisco”. Tal vez recuerda San per al Papa Juan Pablo II en 1996 cuando bendijo 19 guerrilleros a los cuales su gobierno financió un periplo turístico de seis meses por España, Suiza, Francia, Italia, Países Bajos y Noruega, con la disculpa de una negociación para la paz. Guerrillero que se respete tiene pasaporte.
Así están las cosas entre los Santos Uribe, Pastrana y San per. Dos rezan por la firma de la paz en Cuba, uno sin importar el precio, con la chequera lista y el otro condicionando su participación a resucitar como Cristo en el gobierno. Los otros dos critican el proceso, uno porque entiende que el país se está arrodillando y dejando impunes los crímenes atroces e históricos de los delincuentes y el otro porque piensa, no sin razón que las FARC podrían desestabilizar el país logrando prebendas absurdas a cambio de los votos que requiere la reelección.
La sociedad colombiana a través de encuestas expresó su desconfianza en el proceso de Cuba, no se necesitan bolas de cristal para saber que las FARC no tienen el bolígrafo mágico de la paz, su misma cúpula es consciente que los de camuflado no se desmovilizarán alegremente, tan solo por firmar el acuerdo que les dará curules en el Congreso y jugosas jubilaciones, por eso advirtieron con suficiente anticipación que la firma del acuerdo de paz no significa la terminación del conflicto. Como ajedrecistas saben que sus hombres seguirán en sus frentes haciendo la guerra y ejerciendo el narcotráfico para garantizar la subsistencia de sus desmovilizados aparentes.
Sus guerrilleros rasos no se desmovilizarán en serio porque no estarán dispuestos a engrosar las filas de desempleados colombianos, no solo porque en la guerrilla pocos tienen perfiles académicos, sino porque ellos están preparados para vivir de la guerra, no para sobrevivir en la paz.
Los cuatro presidentes del santoral rezan en Semana Santa por la paz, aunque con credos distintos. Santos y San per con las FARC y San Andrés y Uribe a pesar de las FARC
* Los petrodólares no tienen relación con el mandatario capitalino, ni por homonimia, ni por viscosidad-
@mariojpachecog
Los Santos Uribe, Pastrana y San per rezan por la paz
Jue, 28/03/2013 - 01:04
En esta semana de recogimiento, los Santos Uribe, Pastrana y San per rezan jaculatorias públicas por quienes descendieron de La Habana al purgatorio en Harley Davidson, luego de constatarse que las F