Como la historia es una sola y no se puede deformar, en junio de 2010, Santos y yo fuimos elegidos Presidente y Vicepresidente de Colombia, gracias, entre otras a la generosidad de Álvaro Uribe, del Partido de la U y de nueve millones de personas que votaron y creyeron en nosotros.
Recuerdo que la única exigencia de Álvaro Uribe fue de que hiciéramos bien la tarea de gobierno, pensando siempre en la gente y en el futuro democrático de Colombia.
Igual me pasó cuando en el 2009 fui nombrado Embajador ante el sistema de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra Suiza y sin siquiera haber votado por Uribe en el 2002 o en el 2006. Por experiencia propia, estoy seguro que lo mismo le pasará a Iván Duque y a Marta Lucía Ramírez una vez los elijamos Presidente y Vicepresidente de Colombia.
Ahora resulta que algunas personas que después de agosto de 2010 se volvieron mas santistas que Santos y que quisieran que yo contara otra historia, maliciosamente esconden cualquier relación con el gobierno de Santos como si eso fuera un pecado o evaden decir públicamente como sí lo han hecho en otras ocasiones, por qué candidato es que van a votar el próximo 27 de mayo.
Si eso es ahora, no me quiero imaginar lo que pasará después del 7 de agosto.
La historia es una sola y no se puede deformar
Mar, 03/04/2018 - 08:05
Como la historia es una sola y no se puede deformar, en junio de 2010, Santos y yo fuimos elegidos Presidente y Vicepresidente de Colombia, gracias, entre otras a la generosidad de Álvaro Uribe, del