Durante una década hemos visto a Bogotá sumida en el retraso, sin nuevas vías que la saquen del fatigante embotellamiento, sin la construcción de los nuevos hospitales que se necesitan para terminar con el hacinamiento y sin los nuevos colegios que brinden un futuro mejor a miles de jóvenes que viven en los sectores más populares de la ciudad.
Por eso la venta de la ETB representa la única posibilidad que tiene la administración distrital para financiar estas obras que beneficiarán a millones de bogotanos, especialmente a los de más bajos ingresos.
Pero el Polo Democrático, el mismo que llevó a Samuel Moreno a la alcaldía de Bogotá, está haciendo todo lo posible para evitar la venta de la ETB, y con ello que la ciudad consiga los recursos que necesita para generar bienestar y progreso.
Con una demanda lograron congelar, por ahora, dicha operación, pues el Juzgado Cuarto Administrativo de Bogotá anuló en primera instancia la venta de la ETB.
Con esta decisión se paraliza de la construcción de 10 colegios nuevos en los cuales iban a estudiar 24.000 niños y jóvenes de las localidades de Engativá, Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar y Usme.
Se frena igualmente la construcción de seis nuevos hospitales como el Nuevo Simón Bolívar, Usme, Bosa, La Felicidad, Nueva Santa Clara y Nuevo Materno Infantil.
De igual manera quedarían sin financiación ocho nuevos jardines infantiles con capacidad para atender a 3.000 niños y 16 centros de discapacidad con cupos para 1.200 personas.
Igualmente quedan “varados” un Centro de Vida que atendería a 100 personas mayores de edad y dos megacentros culturales que iban a estar ubicados en El Tunal y Fontanar del Río, de los que se beneficiarían 35 barrios y 38 colegios, también se quedan en el aire.
Es protuberante: los intereses políticos y el populismo de la izquierda se sobreponen al interés de la mayoría de los bogotanos. Para nadie es un secreto que la ETB se ha convertido en uno de sus mayores fortines electorales, por lo cual en los últimos años les ha otorgado enormes prebendas burocráticas a sus trabajadores que hoy le cuestan a la compañía 215.00 millones de pesos anuales, lo cual ha disparado el costo operacional de la compañía a 1,3 billones.
Esto, sumado a la multimillonaria competencia que imponen las grandes multinacionales de las telecomunicaciones, ha hecho inviable a la ETB, al decir de los expertos en telecomunicaciones.
La administración de Enrique Peñalosa apelará esta decisión para insistir en la venta de la ETB, con el argumento de que es una empresa que cada día pierde más valor en el mercado, con lo que se esfuma día tras día la posibilidad de construir las grandes obras que requieren y exigen los bogotanos.
ETB: golpe jurídico y del Polo al progreso de Bogotá
Mar, 11/07/2017 - 06:16
Durante una década hemos visto a Bogotá sumida en el retraso, sin nuevas vías que la saquen del fatigante embotellamiento, sin la construcción de los nuevos hospitales que se necesitan para termin