“Sin clítoris no hay placer”, dicen los expertos. Sin goles, no hay felicidad. Duvan Zapata, el artillero de moda, lo demuestra cada semana, entre elogios y admiración de quienes se rinden ante sus facultades. La fama le llega en plena madurez, a los 27 años. No es un aparecido, es un ignorado conducido al sacrificio por quienes no entendieron su futbol, ni apoyaron su crecimiento, especialmente aquellos que apostaron a la confusión para hacer prevalecer otros jugadores. Roscas montadas con el apoyo de entrenadores e impulsadas por los empresarios. Fueron siempre excusas frágiles las que lo sacaron de circulación en los procesos de selección Colombia, especialmente el último en Rusia.
Su presente deslumbrante alienta expectativas para la copa América. Su futbol dominante en el área y su poder rematador le dan una aire de insustituible en las convocatorias.
Su situación actual enciende la polémica con Falcao. ¿Quien debe ser el titular en el próximo torneo? ¿Pueden ambos jugar juntos? ¿Podrá Queiroz sacarles el máximo provecho haciéndolos compatibles en el campo?
Experto como pocos Juan Carlos Osorio, argumenta que "son compatibles siempre y cuando se les asignen funciones complementarias y el sistema elegido se acople a sus características. En un 3-3-4, de acuerdo con las calidades de los rivales conformarían un ataque demoledor, con dos extremos a perfil natural, con centro y pase. Lo harían también en un 4-4-2, con entradas y salidas al área, por el medio. Pero, llevarlos a las bandas limitaría su funcionalidad".
Todo dependerá del modelo de juego de Queiroz, de los rivales, del sitio donde se compita , de las asociación de todas las líneas y la optima interpretación del juego. La penetración en el último tercio que los hace a ambos tan útiles, es fundamental y Colombia tiene futbolistas para ello. El sueño de los colombianos con el tigre y con Zapata, es conformar un ataque dominante en el escenario de la copa para consolidar favoritismo
El toro y el tigre
Lun, 04/02/2019 - 07:36
“Sin clítoris no hay placer”, dicen los expertos. Sin goles, no hay felicidad. Duvan Zapata, el artillero de moda, lo demuestra cada semana, entre elogios y admiración de quienes se rinden ante