Hace un año, cuando el presidente Duque se posesionó en medio de un ventarrón que casi no lo deja leer su discurso, en la plaza de Bolívar, muchos depositaron las esperanzas en él, para corregir el rumbo de un país que Juan Manuel Santos entregó deteriorado y que obligaba al nuevo mandatario a tomar acciones rápidas y determinantes para lograr cambios en beneficio de la población.
Desde siempre fui muy escéptico con Duque, no porque no tuviera capacidad, me parece un joven preparado y con buenas intenciones, lo que sucede es que es demasiado manejable y a la sombra de Álvaro Uribe y del Centro Democrático no podría gobernar de forma independiente, lo que se constituyó en un palo en la rueda para su gestión, especialmente en tres temas claves para el país: la agenda legislativa, no hubo reformas ni política, ni de justicia; la lucha contra la corrupción, prácticamente engavetó el mandado de 12 millones de colombianos y congeló la implementación de la paz con unas objeciones a la JEP que terminaron cayéndose en la Corte como todo el país presagiaba.
Pero también en otros asuntos le fue mal, en la política internacional con el cerco a Nicolás Maduro y su relación arrodillada frente a Donald Trump, en programas internos muy importantes como salud y educación quedó en deuda, la economía frenada, en parte por la crisis mundial y por los torpes manejos desde la cartera de Hacienda, ni hablar de desempleo, reducción de la pobreza, pese a que su gobierno promueve como eje central la equidad. Lo que se puede resaltar es que puso en la agenda la economía naranja y el tema de cupos indicativos para congresistas que fueron erradicados en el papel.
El presidente Duque afirma que los medios nacionales y opinadores lo atacan con ponzoña, pero no hace alusión a las críticas de publicaciones internacionales tan importantes como las de El País, The Economist, The New York Times, Washington Post y muchas más que no avalan su gestión. En Colombia, Revista Semana, medio que se ha caracterizado por ser aliado del poder, le reconoce su primer año como un año experimental y de aprendizaje, como si Colombia estuviera para tener un presidente en entrenamiento. En cuanto a su equipo, han sido más los escándalos que los logros, imposible olvidarse del ministro de Hacienda, Carrasquilla y los bonos de agua; del escándalo del ministro de Defensa Botero, de los generales y las directrices de los falsos positivos y ahora de la ministra de Trasporte, con el litigio con los bancos del grupo aval y la ruta del sol, que ha causado mucho ruido por todo lo que representa Odebrecht. Pero el principal error de Duque, es que no ha logrado unificar al país y sacarlo de la polarización.
Muchos a afirman que ahora sí vienen las ejecuciones de Duque, que ya aprendió, sigo dudando, Uribe sigue ahí, con el Centro Democrático, haciéndole un cerco político, ojalá el Presidente logre salirse y gobernar para todos los colombianos y que le vaya bien, porque si le va bien a Duque le va bien al país.
Twitter: @JACOBOSOLANOC
El año perdido de Duque
Mar, 13/08/2019 - 05:38
Hace un año, cuando el presidente Duque se posesionó en medio de un ventarrón que casi no lo deja leer su discurso, en la plaza de Bolívar, muchos depositaron las esperanzas en él, para corregir