La consulta anticorrupción, como lo habían anticipado muchos, no pasó el umbral, aunque mucha gente se movilizó seducida por las consignas agitacionales que tenían más efectos sonoros que aplicaciones prácticas. Pero como sus promotores son malos perdedores hoy salen a cantar victoria.
Desde luego que esta era la forma en que tenían que responder quienes montaron este show mediático con todos los tintes de ser una tarima electorera para Claudia López de cara a la alcaldía de Bogotá, el cual tenía ganchos espectacularistas, como la de bajar los salarios de los congresistas, por que si no quedaría en evidencia que la famosa consulta terminaría por ser apenas una tribuna política que le significó al Estado la bobadita de 350 mil millones de pesos.
El que quedó como un príncipe fue el presidente Iván Duque que no sólo se comprometió con impulsar la consulta, aunque sabía que tenía muy poca efectividad, sino que se adelantó a proponer algunos de sus temas como iniciativas parlamentarias, ya que ha dejado ver que comprende que su papel contra los corruptos es aquí y ahora y que más allá de que sus promotores no ocultaran sus intenciones de la utilización política de las banderas contra la corrupción, Duque consideró que eso sería un mal menor y que la manifestación ciudadana contra las prácticas corruptas de la clase política resulta de gran valor en esta coyuntura en la que el presidente se debe ubicar como un intérprete del hastío popular con los corruptos.
Ahora, la ex senadora Claudia y su compañera sentimental Angélica Lozano tienen que seguir con la cantaleta. Impugnarán la jornada democrática con el solo propósito de mantener la llama viva, como condición para permanecer en la palestra política de primera línea de aquí hasta las elecciones para la alcaldía. Ahora aspiran a vociferar contra los corruptos, acusar a todo el que no les haga fila y sobretodo a fustigar a los uribistas que a ultima hora se les desmontaron de la consulta, aunque inicialmente habían dicho que la apoyaban. Algunos de ellos la aprobaron en el senado pero al ver lo inocua que resultaría se bajaron del bus.
Los perdedores fueron Gustavo Petro que por no ser una iniciativa suya no le metió mucha candela, Antonio Navarro que se vio obligado a apoyarla a sabiendas de que era la plataforma electorera de su contrincante a la alcaldía. Y Sergio Fajardo que en medio de sus vacilaciones sobre continuar o no como aspirante a la presidencia no tuvo más remedio que sumarse a esta campaña porque ya se le pueden ver pasos de animal grande a Claudia López, quien no esconde su desmedida prisa por aterrizar en una candidatura presidencial para el 2022. Lo que se viene se pone como para alquilar balcón en el seno del Partido Verde, con el rifirrafe por la alcaldía en donde va a estar Claudia López impajaritablemente y con el duro forcejeo para las presidenciales.
Lo que queda claro es que en el parlamento se van a meter propuestas que tienden a poner en cintura a los corruptos. La bancada uribista no se va a dejar robar el show de los verdes pero mediáticamente el escenario estará servido para Claudia López. Sus estrategias descalificadoras y el talante mesiánico que le imprimirá a esta campaña la tendrá sobreexpuesta en los medios de comunicación y Navarro va a tener que moverse en aguas enturbiadas por el populismo y el efectismo propagandístico que son las armas que manejan muy bien Claudia y Angélica. Sergio Fajardo estará obligado a apoyar principalmente a Navarro porque sabe que la tendencia de Claudia para el 2022 es apoyar a Petro, con quien se identifica más en el radicalismo. Y Antanas Mockus, bailara al son de Claudia que de lejos es la más histriónica.
La puja va a estar interesante en el Congreso porque los parlamentarios terminarán apoyando a Duque en sus iniciativas contra la corrupción ya que nadie va a querer quedar en la foto contraria. Y la única salida que le quedará a Claudia López para tener tribuna y eco permanente en los medios es terminar por descalificar las medidas del Gobierno como paños de agua tibia y como propuestas que no acabarán las prácticas corruptas. Terminarán señaladas como elementos distractores y poco comprometidos con la ética de lo público o ajenos a la consigna de que los recursos públicos son sagrados. En todo este escenario la lucha contra la corrupción pasará a un segundo lugar y le dará paso a la aparente lucha contra la corrupción.
El hecho es que la consulta es el primer acto de una obra que estará marcada por el espectacularismo y por mostrar quién grita más duro contra los corruptos. Solo que hay que revisar la casa porque los verdes tienen problemas con algunos de sus personajes internos que muy pronto protagonizarán titulares como el de León Fredy Muñoz representante a la Cámara capturado por los delitos de tráfico de cocaína o como el del asesor de Claudia López, Sergio Torres, acusado de abuso sexual de menores. Sin contar con que no se ha resuelto aún el tema de la inhabilidad de Antanas Mockus por su participación en contratos con su organización Visionarios. En todo caso la anticorrupción está a la orden del día y habrá mucha discusión sobre la forma de abordarla. Y mucha tela que cortar.
Después de la consulta viene la tempestad
Mié, 29/08/2018 - 08:17
La consulta anticorrupción, como lo habían anticipado muchos, no pasó el umbral, aunque mucha gente se movilizó seducida por las consignas agitacionales que tenían más efectos sonoros que aplica