El aspirante presidencial espera definiciones del partido liberal
Humberto de la Calle aspira a la Presidencia de la República y está dispuesto a hacerlo por firmas, aunque –dice- no tiene la chequera abultada de un banco ni la burocracia oficial, “ni un solo puesto en el puesto, ni una secretaria”.
Y lo hará por firmas, si esa es la opción, ante un partido liberal congelado que no toma decisiones, que no conviene fórmulas para escoger el candidato presidencial de su colectividad.
De la Calle piensa que Uribe es un caudillo, figura que no conviene a una democracia, porque le entrega todo el poder a la voluntad de un sujeto. Tampoco le gusta Vargas Lleras. Cree que Petro no es lo que más le conviene al país. Se declara amigo de Santos y también agradecido, pero no su subalterno. Es decir –lo afirma- no es el candidato oficial del gobierno.
Elogia a Andrés Pastrana por sus esfuerzos que finalmente condujeron al final del conflicto con las FARC pero se extraña que se haya bajado de ese pedestal para atacar un proceso en el que él tuvo una importante cuota inicial.
En una entrevista larga y buena con Julio Sánchez y su equipo de la W, De la Calle admitió que no registra bien en las encuestas, pero está dispuesto a someterse a ese procedimiento para que el liberalismo escoja candidato. E insistió que sólo tiene su voz y su experiencia para pelearse la jefatura del Estado.
De la Calle acaba de liderar con éxito (otros desdicen y atacan los resultados) las negociaciones con las FARC y años antes presidió una asamblea constituyente, en el gobierno de César Gaviria, que le cambió la cara al país.
-Se necesita una opción de centro, dice De la Calle, al tiempo que admite como buenos los nombres de Fajardo, Claudia López y quienes hoy le alejan de los extremos.
El expresidente Uribe (minutos después de la entrevista en referencia) escribió:
-Dr. De la Calle: Porqué está bravo. Siga contento que usted y Santos desconocieron el plebiscito. (Quién dijo: si se pierde el plebiscito no hay acuerdo).
A menos de un año de las elecciones presidenciales, es evidente la crisis de los partidos, el desconcierto de los ciudadanos y la incertidumbre política. Tanto que Germán Vargas Lleras, jefe de uno de los partidos más sólidos del país (Cambio Radical) decidió lanzarse por firmas.