El campesino condenado por una masacre que no cometió

Vie, 12/02/2021 - 08:10
Conozca el caso de Luis Felipe Vertel Urango, un campesino y jornalero que fue condenado por una masacre que no cometió.

La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia ordenó la libertad inmediata de Luis Felipe Vertel Urango, un campesino que fue condenado a 40 años de cárcel por un delito que no cometió: en primera y segunda instancia lo hallaron responsable del exterminio de una familia a manos de un grupo de paramilitares. 

El alto tribunal tomó esta decisión tras analizar un recurso de revisión presentado por la defensa del campesino injustamente sentenciado. 

Los magistrados estudiaron el fallo que la Sala Penal del Tribunal Superior de Antioquia dictó el 22 de abril de 2009, mediante el cual confirmó la decisión emitida por el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Antioquia, proferida el 29 de junio de 2007, que le impuso la pena de prisión por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir y hurto calificado y agravado.

Los hechos que motivaron la condena contra Luis Felipe Vertel Urango iniciaron el 29 de noviembre de 1994. Ese día, un grupo de hombres armados y con prendas militares tipo camuflado ingresaron a la finca Las Gardenias, ubicada en la vereda La Rula del municipio de San Pedro de Urabá, que en ese entonces era de propiedad de Alejandro Antonio Padilla Guevara.

Los sujetos retuvieron en contra de su voluntad a Valdemiro Antonio Padilla Ortega, Roberto José Padilla Ortega y Etanislao Padilla Ortega, todos hijos de Alejandro Antonio, y también a un trabajador de la finca apodado El Manco, a quienes, después de alejarlos de ese lugar, los asesinaron con impactos de bala en diferentes partes del cuerpo.

Según relata el fallo, otros dos hombres identificados como Sofanor Padilla Ortega y Misael Padilla Martínez fueron obligados a reunir alrededor de 500 cabezas de ganado que, posteriormente, los delincuentes hurtaron.

Sofanor logró evadirse de los agresores cuando iban a atentar contra su vida y días después formuló denuncia por estos hechos. En su declaración señaló que uno de los responsables del asesinato eran dos hombres identificados como "Luis Vertel y su hijo Bedie Vertel Osorio".

Siguió la matanza
 

Alejandro Antonio Padilla, dueño de la finca en la que ocurrió el primer crimen, escapó junto a su familia hacia una vivienda ubicada en la vereda San José De Morrocoy, corregimiento de Buenos Aires del municipio de San Pelayo, Córdoba.

A pesar del esfuerzo que hizo para protegerse y proteger a los suyos, hacia ese lugar llegaron alrededor de 25 hombres armados que los asesinaron con armas de fuego y después incineraron sus cuerpos. Esto ocurrió el 19 de mayo de 1997.

Por esa razón, el señor Sofanor Padilla Ortega formuló de nuevo una denuncia y, en su relato, indicó que los hechos habían sido perpetrados por paramilitares y que una de las víctimas reconoció que "Lucho Vertel" había estado en ese lugar.

El 16 de septiembre de 1997, Sofanor y Vladimiro Padilla Ortega, hijos de Alejandro Antonio Padilla Guevara, fueron hallados muertos por disparos de arma de fuego en distintos lugares del municipio de Chigorodó, Antioquia.

El inicio de un proceso tortuoso


El 15 de marzo del 2000, la Fiscalía declaró personas ausentes a los involucrados en los hechos materia del proceso, entre ellos: Luis Felipe Vertel Urango, Salvatore Mancuso Gómez, Fidel Antonio Castaño Gil y Carlos Alberto Castaño Gil.

Cuatro años después les resolvió la situación jurídica, profiriendo medida de aseguramiento en su contra como "partícipes a título de determinadores de los delitos de homicidio agravado en concurso con los de concierto para delinquir y hurto calificado y agravado".

El 29 de junio de 2007, Luis Vertel Urango fue condenado en primera instancia y solo se enteró de la pena que tenía en su contra cuando fue capturado por las autoridades.

En contra de ese primer fallo el delegado del Ministerio Público interpuso un recurso de apelación, pues para él en la investigación no se pudo establecer con suficiencia si la persona a la que se referían los testigos y el informe de policía fuera en realidad Luis Felipe Vertel Urango.

El campesino fue capturado para cumplir dicha sanción el 8 de febrero de 2015. "Verificaron la cédula y me dijeron: "¿Usted es Luis Felipe Vertel?", y yo les dije: "Sí, sí señor, yo soy". Y en ese momento me dijeron: "Señor, qué pena, usted tiene una orden de captura. Usted está condenado como reo ausente", contó.

La defensa, liderada por el abogado José Luis Aguilar, alegó ante la Corte Suprema de Justicia que Luis Felipe Vertel Urango es un campesino y jornalero que toda su vida ha derivado su sustento de esa labor, principalmente en el municipio de Valencia, Córdoba.

Por otro lado, indicó que tiene un solo hijo, Jader Luis Vertel Flórez, nacido el 22 de julio de 1994, por lo que para la fecha de los hechos tenía tan solo 4 meses de edad.

"De ahí que no puede ser el Luis Vertel a quien se señaló como responsable de los hechos, porque del mencionado se dijo que era integrante del grupo paramilitar que incursionó en la finca Las Gardenias el 29 de noviembre de 1994 en compañía de su hijo", argumentó. 

Además, resaltó que según las víctimas del delito, quien estuvo en la incursión paramilitar como hijo de Luis Vertel responde al nombre de Bedie Vertel Osorio, persona sin parentesco alguno con el condenado.

De igual manera, señaló que su defendido no ha tenido propiedades, pues solo laboró como cuidandero en una parcela y, por ende, nunca tuvo problemas de vecindad de fincas o robo de ganado y "mucho menos fue militante de las AUC, ni tampoco determinador de la masacre que padecieron los integrantes de la familia Padilla".

La Corte Suprema le dio la razón


La Corte Suprema de Justicia decidió tumbar la condena debido a que las nuevas pruebas que fueron allegadas mostraron errores en el proceso de identificación e individualización de la persona que responde al nombre de Luis Vertel, quien es conocido como alias El Compadre, coautor de las conductas punibles cometidas en contra de los miembros de la familia Padilla.

El alto tribunal analizó esos elementos y descartó que se trate del campesino Luis Felipe Vertel Urango y, por ende, acreditó la ocurrencia de una injusticia en la declaración de responsabilidad que en contra de él emitieron las dos instancias. 

En primer lugar, señaló que no pudo ser Vertel Urango quien concurrió a la finca Las Gardenias en noviembre de 1994 porque su único descendiente, para la fecha de los hechos, tenía 4 meses de nacido. 

Por otro lado, se estableció que una de las víctimas de los hechos juzgados vio al campesino en el centro carcelario donde estaba privado de la libertad y afirmó con claridad que él no era el Luis Vertel que participó en el exterminio de su familia.

También se estableció que el hombre que participó en las masacres contra los miembros de la familia Padilla fue reconocido como un individuo "alto" y Vertel Urango cuenta con una estatura promedio de 1,71.

Además, según los registros que obran en distintos organismos de justicia y paz, el campesino Luis Felipe Vertel Urango no ha sido reconocido ni mencionado como víctima o postulado en el marco del proceso transicional.

Sin embargo, la Corte Suprema resaltó que el posible homónimo con quien pudo haber sido confundido, de nombre Luis Gonzaga Bertel Urango, sí fue mencionado en varios oportunidades en el marco del proceso transicional como la persona que puede responder al alias de El Compadre.

En la sentencia se especifica que, de igual manera, versiones rendidas dentro del proceso de justicia y paz lo reconocieron a él como administrador de la finca que era de la familia Padilla, ubicada en la vereda “La Rula”.

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