Jorge Enrique Robledo tiene a su favor la credibilidad que le dan tantos años en la defensa de los campesinos en múltiples confrontaciones con el Estado, como miembro del MOIR y Senador de la República, de la Comisión V, que se encarga de los temas agropecuarios. Figura entre las primeras votaciones del Congreso, con 153 mil votos en la última elección.
Abanderó las denuncias contra el entonces Ministro Andrés Felipe Arias, por los abusos en el programa Agro Ingreso Seguro (que lo tienen en la cárcel). En su contra, la opinión pública vio con extrañeza la solidaridad terca con el alcalde Samuel Moreno, encartado (y privado de la libertad) por el llamado ‘carrusel de la contratación’ en Bogotá.
“El Ministro de Agricultura y las políticas agropecuarias del gobierno Santos son mucho tilín tilín y muy pocas o ninguna paleta. La política de restitución de tierras tiene mucho más de ruido, frases, fotografías y filmaciones. Es la triste realidad que se está destapando y que a mi juicio ha producido las primeras renuncias, incluyendo la del director de Incoder”.
Robledo piensa que las cosas van muy mal:
-El agro creció el año pasado la mitad de lo que creció la economía nacional; hay problemas graves en el café, en el arroz en los llanos orientales; la crisis cafetera es muy grave; la pobreza rural es manifiesta.
-En lo que tiene que ver con las políticas de restitución de tierras, hemos demostrado hasta la saciedad que el Gobierno ha inflado las cifras de manera tal, que crean confusión entre los colombianos. Sin embargo, la restitución tiene unas metas extremadamente mediocres.
-El Gobierno Nacional, el Ministro de Agricultura y el propio Presidente de la República, hablan mucho de 800 mil hectáreas de tierras, supuestamente restituidas. Eso es paja. Apenas llega a 18 mil hectáreas.
-El Presidente de la República estuvo en Carimagua, anunciando la entrega de una hacienda a 500 familias de campesinos. Un año después, no se ha vuelto a saber nada al respecto. Por lo que ha dicho el Ministro en el Congreso, esa hacienda se la van a entregar a los campesinos asociados con un gran empresario, que invierta entre 300 y 400 millones de dólares.
En Carimagua el presidente Santos anunció la entrega de una hacienda a 500 familias de campesinos.
-Yo soy amigo de la restitución, y protestamos cuando asesinan a los líderes. Es lamentable que todo el poder del Estado no sea capaz de garantizar la vida a un puñado de compatriotas que reclaman de manera valerosa y justa.
-La Ley de restitución tiene, además, una falla grande y es que tampoco ayuda a los campesinos que regresan a sus tierras. No hay medidas de respaldo económico que les permita instalarse nuevamente en sus predios.
-Sabemos que el desastre agrario que ya se tiene, se complicará más con el TLC. Prácticamente se acabará la producción de trigo, de cebada, habrá nuevos golpes al maíz, hundimiento del arroz, pérdidas grandísimas en carne de res, de pollo, de cerdo y a la lechería la va a ir supremamente mal; el fríjol y los granos prácticamente van a desaparecer.
-Cuando uno mira con más detenimiento, encuentra que la política agraria de Juan Manuel Santos es la de concentrar la producción. Está dicho en el Artículo 63 de su programa de Gobierno, con toda claridad. Que a él le gusta la gran producción agropecuaria. Inclusive cambiaron una ley que decía que los baldíos del Estado, sólo se le podían entregar a campesinos. La cambiaron y hoy esos baldíos del Estado (millones de hectáreas) se le pueden entregar a banqueros, monopolios, transnacionales y a cuanto magnate quiera entrar en el agro colombiano.
-Estamos importando cerca de 9 millones de toneladas de alimentos, que en parte explican la gravedad de la crisis del sector agropecuario, porque se reemplaza el trabajo nacional por el extranjero.
-Los TLC buscan que Colombia se especialice en la producción de carbón, petróleo, gas, oro, níquel, y con eso consigamos los dólares para hacer las importaciones de los bienes industriales y agropecuarios, que requiere el funcionamiento de la economía nacional. Es lo que están haciendo, porque le conviene a ciertos intereses extranjeros y a ciertos intereses nativos, cuyo negocio es importar, traer desde el exterior los bienes que se podrían producir en Colombia.
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Según Robledo, los TLC buscan que Colombia se especialice en la producción de carbón, petróleo, gas, oro, níquel.
-Esta es la hora en que el Gobierno Nacional no ha sido capaz de decirnos cuáles son las nuevas exportaciones que llegarán con los TLC. Se queda mudo.
-La política agraria es tan mala, tan equivocada, que hay cerca de 6 millones de hectáreas de tierras con vocación agrícola, de buena calidad, con aguas, con agricultores en condición de cultivarlas y no se cultivan, están abandonadas.
-Colombia está importando la dieta básica del país y nos están sobrando las tierras, mientras se importan de Estados Unidos o de otros países, los alimentos que estamos consumiendo.
-No es cierto que usted pueda tener un agro en la miseria y en subdesarrollo y tenga una ciudad próspera. En los países las economías se interrelacionan y cuando el agro prospera, prospera la producción industrial y cuando la producción industrial prospera, aparecen más consumidores capaces de comprar los productos del agro.
-Los productores de leche no logran venderla porque la pobreza urbana es tan grande que los niños, los hijos de los pobres, o sea la mitad de los colombianos, no toman la leche que deberían porque su pobreza les impide comprar ese producto. Podría poner más ejemplos que muestran cómo esta política agraria retardataria, como la industrial retardataria, terminan afectándose mutuamente de manera negativa.