La ceguera de Santrich

Mié, 11/04/2018 - 11:55
Fue detenido el día Nacional de las víctimas. Un cuerpo del CTI de la Fiscalía entró a su casa en el barrio Modelia, en el occidente de Bogotá y bajo órdenes de captura por delitos vinculados al
Fue detenido el día Nacional de las víctimas. Un cuerpo del CTI de la Fiscalía entró a su casa en el barrio Modelia, en el occidente de Bogotá y bajo órdenes de captura por delitos vinculados al narcotráfico se lo llevaron. Seusis Pausivas Hernández Solarte, como es su nombre de pila, tiene 52 años. Nació el 30 de julio de 1966 en el municipio Tuluviejo, departamento de Sucre. Es y ha sido uno de los líderes más polémicos de la hoy exguerrilla de las Farc. Con algunas de sus respuestas y comentarios ha dado mucho de qué hablar, al punto que es uno de los hombres menos aceptados por la opinión pública. Muy joven, a los 16 años, empezó a estudiar derecho y licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad del Atlántico. Luego se especializó en historia. Es hijo de académicos. Sus padres fueron docentes universitarios. “Ambos especialistas en filosofía. Uno en filosofía latinoamericana, otro en teología. Siempre estuvimos muy integrados con eso”, le dijo a Kienyke.com en una entrevista. [single-related post_id="856232"] La vinculación de Hernández Solarte a la izquierda radical llegó desde muy joven. Antes de terminar el bachillerato ya pertenecía en la Juventud Comunista  (Juco), luego, mientras adelantaba pregrado y postgrado, militaba en el Partido Comunista, que fue base sólida de la Unión Patriótica (UP), partido al que también perteneció  antes de convertirse en Jesús Santrich. Ingresó a las Farc en 1991, cuando tenía 25 años. Hizo parte del Frente 19, que operaba en Sucre. Siempre estuvo ligado a las estructuras guerrilleras del Caribe. Duró 25 años como guerrillero. Jesús Santrich usa gafas negras todo el tiempo. Aunque no es ciego totalmente, su visión es casi nula. La vista la ha ido perdiendo con el paso del tiempo. Fue a causa de una enfermedad genética que empezó a atacarlo en su adolescencia, llamada Síndrome de Leber, un mal que afecta los nervios ópticos. Esta enfermedad genética se evidenció en él a sus 14 años, edad en la que empezó a usar gafas recetadas para mejorar la visión, pero poco a poco fue perdiendo la vista. Cuando ya estaba en la universidad el campo visual en ambos ojos se le fue cerrando. [single-related post_id="855611"] Para el año 2005 perdió el 100 % de la vista en el ojo derecho. Hoy en día, en el izquierdo, tiene un punto de luz, pero según lo dice, no tiene nada de imagen. Para leer archivos en el computador o en el celular usa aplicaciones especiales que leen dichos documentos. También usa un dispositivo para invidentes llamado AuxDeco que le sirve para identificar la geometría de los objetos que lo rodean y su distancia. Aunque la Farc, hoy un partido político legal, sigue diciendo que la captura de Santrich es un montaje judicial orquestado por el gobierno de Estados Unidos y la Fiscalía de Colombia, pocos entienden porque este hombre, que fue amnistiado por el Gobierno de Juan Manuel Santos y que además es un congresista electo por compromisos del Acuerdo Final, sigue, según las investigaciones, trabajando con narcotraficantes en la elaboración y envío de cocaína al extranjero. A Jesús Santrich le espera una dura batalla contra la justicia norteamericana que lo pidió en extradición por enviar cocaína a ese país. Las investigaciones hablan de 10 toneladas de droga, que se estaría negociando con el Cartel de Sinaloa, uno de los más grandes de México. Al parecer la negociación de la coca, que se habría dado en la propia casa de Santrich donde fue capturado, se habría hecho después de la firma del Acuerdo de Paz, lo que lo pondría fácilmente en manos de la justicia norteamericana por haber incumplido el Acuerdo. El exguerrillero y actual congresista se encuentra en una celda en el bunker de la Fiscalía. Al parecer, aparte de las pruebas que fueron dadas a conocer, hay muchas más que tiene la DEA en su poder, las cuales oscurecerán aún más su panorama.
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