Todo empezó con la frase de un reclutador: “Deberías trabajar en Google”. Siguiendo la recomendación, y seducido por los beneficios como las tres comidas diarias gratis, el hombre entró a la empresa para realizar uno de los oficios más raros: bucear en el gigante océano de las páginas web buscando los contenidos e imágenes más raras y fuertes para bloquearlas en el motor de búsqueda.
Todos los días se sometía a la misma rutina: usar un software que detecta imágenes no aptas para el público general de Google y ver 15 imágenes diarias de necrofilia, pornografía infantil, mutilaciones, asesinatos, etc. Poco a poco, la vida le empezó a cambiar. Lo peor, según contó a Buzzfeed, era tener que ver pornografía infantil, uno de los negocios más grandes para las compañías de Internet.
El empleado estaba desesperado pero las exigencias de su contrato no le permitían renunciar antes de cumplir un año de trabajo. Para completar, no tenía con quién hablar. Se distanció de su novia, pues no quería que ella se contaminara con su sórdido trabajo. Poco a poco fue perdiendo el control de su mente.
Google entonces contrató a alguien de una empresa federal que después de hablar con él concluyó que necesitaba terapia debido a que padecía trastornos psíquicos. Relacionaba cualquier foto familiar con pedofilia. La compañía le pagó una sesión con un terapista del gobierno advirtiéndole que las demás debían ser pagadas por él.
Según le contó el hombre al periodista de Buzzfeed Reyhan Harmanci, hay varios ex empleados de Google que terminaron como él, traumatizados por un trabajo que no desea nadie.
Google enloqueció a un hombre
Mar, 28/08/2012 - 06:30
Todo empezó con la frase de un reclutador: “Deberías trabajar en Google”. Siguiendo la recomendación, y seducido por los beneficios como las tres comidas diarias gratis, el hombre entró a la e