La nueva selección brasileña no se destaca por el ‘Jogo Bonito’. Aquel fútbol estético quedó en el pasado y hoy, a excepción de Neymar, los ídolos son aquellos que demuestran actitud y compromiso en el terreno. El líder de ese nuevo sentir de la selección Verdeamarelha es sin duda David Luiz. Su carisma contagia a sus compañeros en la cancha y fuera de ella, alegra al plantel brasileño con su estilo de vida.
No todas fueron sonrisas en la vida de David Luiz. A ‘Cabeleira’ le tocó abandonar a sus padres, en un distrito de Sao Paulo, para demostrar que pese a los pronósticos podía ser jugador profesional. De niño se probó en Sao Paulo FC y los entrenadores, en compañía de los médicos, le dijeron que era un chico desnutrido y que por su contextura no tenía oportunidades de triunfar en el fútbol.
El defensor no había pegado el estirón y por eso lo desecharon en Sao Paulo F.C
“Me dijeron que no valía para jugar al fútbol por mi físico, que nunca crecería, pero no me rendí y trabajé muy duro para desarrollarme”, cuenta ahora el defensor. Y vaya que tuvo razón. El hijo de Ladislau Marinho y Regina Célia se marchó de su casa con rumbo a Salvador de Bahía. En el norte de Brasil, con un equipo menos exigente que el tricolor paulista, David Luiz encontró la oportunidad que tanto soñó.
Con 19 años debutó en Vitoria Bahía, pero su estreno en el fútbol de élite fue un fracaso. Las malas actuaciones como mediocampista central estuvieron a punto de obligarlo a abandonar el deporte profesional. Pero una mentira logró salvarlo. La lesión del defensor titular colocó en aprietos al entrenador Arturzinho, que tenía la presión de ascender de tercera división a una categoría más arriba al histórico equipo bahiense.
“Me preguntó si yo jugaba de defensor central y le dije que en inferiores estaba siendo un gran defensa. Entonces me dio la oportunidad de jugar para el equipo principal”, avisó ‘Cabeleira’ que por la Copa de Brasil ante el equipo Santa Cruz tuvo una destacada actuación y desde ese momento su vida cambió.
Cuando le llegó la fama, David Luiz no abandonó ese niño que lleva dentro. Hoy, es ídolo de los 'meninos' brasileños.
Poco tiempo después se marchó a Portugal para jugar en Benfica pero en una posición que jamás creyó. Eligió la de mediocampista porque en ella podía honrar a su ídolo desde niño, Carlos ‘El Pibe’ Valderrama. Sin embargo, con su capacidad para jugar como defensor, a David Luiz no le quedó otra que adaptarse a su nueva posición. Entonces decidió dejarse la cabellera en honor al crack de pescaito.
Su juego con las ‘Águilas’ le valió un traspaso a Chelsea, donde explotó como gran estrella mundial. La fama no vino solo por el juego exhibido en Londres, sino por sus excentricidades. Feliz, entregado a Dios, no dejó de hacer sonreír a sus compañeros y aficionados. Por esas muecas que a ratos publicaba en Instagram (del cual es adicto), enseguida recibió el apodo de ‘Bob Patiño’ (personaje de Los Simpsons), además de su larga cabellera.
Sus travesuras recorrieron el mundo, como la vez que entró a toda velocidad al campo de entrenamiento del equipo blue en un carrito auxiliar. Algo divertido para él, por poco acaba en accidente cuando casi atropella a compañeros y cuerpo técnico, que muertos del pánico, luego estallaron en risas.
En el equipo blue cumplió el sueño de su vida. Antes de ganar cualquier título, lo que más añoró 'DL4' fue conocer a Valderrama. Un día, aprovechando su visita a Inglaterra, el 'Pibe' visitó las instalaciones de Chelsea y allí, cabellera frente a cabellera, quedaron inmortalizados los sueños del niño que se dejó crecer los rizos en honor al 'Pibe' colombiano. Como era de esperarse, la foto enseguida le dio la vuelta al mundo colgada en las redes sociales de 'Cabeleira'.
El sueño de David Luiz hecho realidad: su foto junto al 'Pibe'
Otra gracia de David Luiz que le dio la vuelta al mundo fue la vez que consiguió la Champions League con el conjunto londinense. La primera orejona de Chelsea llegó en Munich y tras la celebración, el brasileño fue entrevistado por Arrigo Sachi. Hasta ahí todo normal, salvo por el detalle que ‘Patiño’ estaba embriagado y trató de “calvo” al ex entrenador italiano.
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Pese a su alocada forma de ser, al defensa le llegó la madurez. Atrás quedaron las bromas y arribó a Brasil para disputar el mundial en que es anfitrión con una responsabilidad primaria: llevar al ‘Scratch’ a conseguir el sexto título mundial. De inmediato se transformó en el referente del equipo local y en el ídolo de los jóvenes brasileños.
Más allá de su juego, que hizo que FIFA lo considerase como el mejor jugador del torneo en algunas etapas, su nobleza fue la que se robó el corazón de los aficionados en el mundo. Brasil derrotó a Colombia y David Luiz le pidió al estadio de Fortaleza que ovacionara a James Rodríguez, el crack que quedó en el camino.
La cinta de capitán le cayó como anillo al dedo y con las ausencias de Neymar (lesionado) y Thiago Silva (sancionado), es el encargado de alimentar el espíritu de campeón de Brasil, como él fue campeón en la vida que lo desafió a vencer las adversidades siempre con una sonrisa.
Los secretos que esconde la melena de David Luiz
Lun, 07/07/2014 - 19:44
La nueva selección brasileña no se destaca por el ‘Jogo Bonito’. Aquel fútbol estético quedó en el pasado y hoy, a excepción de Neymar, los ídolos son aquellos que demuestran actitud y comp