
El 27 de febrero marcó el cierre de una de las visitas más esperadas por los colombianos: Shakira, que concluyó su gira por Colombia con su gira Las Mujeres Ya No Lloran World Tour, dejando una estela de emoción pura en sus miles de seguidores. Aunque ella regresará al país en los próximos meses para presentarse en Medellín, los conciertos en Barranquilla y Bogotá desbordaron pasión y energía, consolidándola como la reina indiscutible del pop latino.
- Lea también: ¿Shakira ya confirmó concierto en Cali? Esto dijo
Durante las cuatro presentaciones que ofreció en su tierra natal, más de 170.000 personas vibraron al ritmo de sus icónicas canciones, mientras que muchos más se agolpaban a las afueras de los estadios con la esperanza de sentir la cercanía de la artista. Estos conciertos no solo fueron un éxito rotundo en taquilla, sino que también marcaron un esperado reencuentro con su público desde su última gira en 2018, El Dorado, que había dejado una pausa en sus presentaciones en Colombia.
El regreso de Shakira a los escenarios colombianos fue mucho más que un evento musical; fue una celebración de su legado y su influencia cultural. La emoción colectiva fue palpable en cada presentación, con miles de fanáticos cantando a coro sus éxitos y disfrutando de una puesta en escena que volvió a reafirmar su lugar en la cima del pop mundial.
Un dato curioso, revelado por la Registraduría Nacional del Estado Civil, evidencia la profunda huella que Shakira ha dejado en su país. Desde 1995, cuando alcanzó la fama internacional con su álbum Pies Descalzos, cientos de niñas en Colombia han sido registradas con su nombre. En un post interactivo, la Registraduría compartió que hasta la fecha, 569 personas en Colombia llevan el nombre de la artista, un número que no solo refleja su impacto musical, sino también el amor y la admiración que genera entre sus compatriotas.
Este regreso triunfal no solo ha sido un hito para los colombianos, sino también una reafirmación del orgullo nacional que Shakira sigue despertando. Su música, su carisma y su incansable trabajo la han convertido en un símbolo de identidad y fortaleza, no solo para Colombia, sino para todo el mundo.