Mora defiende las películas de Dago García, pero es claro en que la televisión lo aburre por el afán de rating que deben mantener los canales.
En cuanto a la película ‘El control’ –la última en la que participó − Cesar Mora sabe que fue criticada, pero defiende al director: “Son injustos con el cine que hace Dago García. Quiéranlo o no él contribuye a generar una cultura de cine en un país que no la tiene. Llena las salas con personas de todas las edades y es porque muestra lo chabacanos que somos los colombianos. Nosotros llevamos el bocadillo veleño al exterior y le hacemos chistes pendejos al señor de migración. El criterio es muy estrecho en Colombia, donde apenas nace esta industria”. César, quien no supera los 1.60 metros de estatura y es calvo, sabe que cuando buscan un personaje chistoso lo llaman a él. Pero le gusta salirse de ese rol, por eso anda contento desde que se prepara para interpretar a un personaje oscuro. “Seré un pedófilo muy peligroso, porque no es nada evidente lo que hace. Es un siquiatra reconocido que, incluso, escribe libros”. Hay dos experiencias que son las que más recuerda a lo largo de su carrera. Una fue hacer la película ‘Golpe de Estadio’. Vivió dos meses en un pueblo que construyeron en los Llanos Orientales. “Nos encontrábamos con la guerrilla en el camino, pero en esa época nos dejaban pasar por ser artistas. Veíamos los aviones fantasmas abrir fuego. Era parte del folclor. Sin embargo, varios extranjeros que hacían parte del equipo le pedían a Sergio Cabrera que los sacara ¡Ya! de allá, pero muchos nos divertíamos”. Otra fue cuando representó un bufón. Tenía el pelo largo y se lo tiñó de zanahoria. Era para la obra de teatro ‘El Rey Lear’ (Shakespeare), un montaje ambientado con la música del maestro Eduardo Carrizosa y con la participación del pintor Enrique Grau."Yo la verdad no sé cómo hace para repartir su tiempo entre hacer una película, tener una banda y estar en televisión", cuenta su amigo el presentador Jorge Alfredo Vargas.
La Beatlemanía Lo mejor que le quedó a César Mora de pertenecer al MOIR (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario) –cuando estudiaba en la Universidad Nacional − fue formarse como un actor disciplinado y comprometido. Cuenta que se volvió sectario con la actuación. “En la televisión no puedo exigirle a otro actor como en el teatro, porque hay un canal de por medio, pero me molesta, me pone mal, que algunos no se aprendan las líneas. Aunque reconozco que cada vez hay más artistas jóvenes con ganas de hacer las cosas bien”. Durante su paso por el MOIR también perteneció a un grupo de fanáticos de los Beatles. Estaban: Diego Betancourt (hijo del ex presidente Belisario Betancourt), Guillermo Perry (quien sería ministro de Hacienda), y Roberto Pombo (actual director del periódico El Tiempo), entre otros. Todos los 8 de diciembre se reunían a tomar y a llorar por John Lennon. César dice que él era el más “berreón”. Otro invitado, al que no les gustaba mucho dejar entrar, era Andrés Pastrana. “A veces nos escondíamos. Apagábamos la luz y esperábamos a que se fuera”.El estudio de César Mora es un altar a sus ídolos. Tiene a Fanny Mikey (su gran amiga), Elvis Presley, el Che Guevara y Los Beatles. Además, conserva algunos objetos de sus rumbas en Andrés Carne de Res.
César, quien es optimista por naturaleza, tuvo un día en el que perdió toda esperanza. Dejó de creer en el país. Cuando se enteró de la muerte de su amigo Jaime Garzón empacó sus “cachivaches” y se fue de la ciudad porque sabía que lo iban a llamar a cantar ‘Canela’. Sentía rabia y frustración. −El día que conocí a Jaime fue en una fiesta. Él me abrió la puerta y comenzó a molestarme: me dijo: ‘oiga usted tiene una canción que me encanta’. César le nombró algunas, pero Jaime le dijo: ‘pues ‘Canela’. ¡Usted no sabe la canción que tiene!’ Toda la noche me pidió cantarla: primero en balada, después en rock, vallenato, y así en todos los géneros. Jaime comenzó a asistir a algunas de sus presentaciones. Alzaba la mano en señal de que debían tocar ‘Canela’. Cuando se iba a ir volvía y la alzaba para que la repitieran. “Después de que lo mataron me rencauché en el sentido de pertenencia y sigo con las ganas de contribuir, así sea un poquito, a este país”.[youtube width="540" height="360"]http://youtu.be/Ff5tztY5MnE[/youtube]
¡Canela! En la casa de César Mora la consentida se llama Canela, una perra labrador, color chocolate, que solo sale de la habitación cuando llega su dueño. −Hola mamá ‘hemosha’ − la saluda César y le da un beso en el hocico. −Ella tiene una mirada que me mata − dice. Al rato entra la otra adoración de César, su hijo de 19 años, a quien le dedicó la canción ‘Mi bendición’, del álbum que está pronto a lanzar, y que produjo en Miami. “La música que hago no es un pasatiempo, sino música de verdad, con arreglos bien hechos. En eso me esmero: le invierto energía y una gran producción tipo Fullersound. No es solo que a César Mora le dio por cantar y hacer cancioncitas”. César compone normalmente sus canciones en un estudio pequeño. Allí tiene la foto de su gran amiga Fanny Mickey. También están los tacones que usó durante la obra 'La jaula de las locas', que protagonizó junto a Fernando González Pacheco, ese gran amigo del que ya no sabe mucho, porque actualmente solo se deja visitar por Jota Mario Valencia.César Mora interpretó al marido de Pacheco en la obra 'La jaula de las locas' (adaptación de La Cage Aux Folles) en 1991. Aún conserva con cariño los tacones que usó durante toda la temporada.
Al contrario de lo que la gente piensa la canción más importante para César no es ‘Canela’. Ese tema se lo encontró caminando por un barrio de Quibdó (Chocó), cuando vio cómo enterraban a una persona en medio de un carnaval y jolgorio. “Yo pensé: qué bacanería morirse así, de manera singular, o sea tranquilo, porque en Colombia lo habitual es morir violentamente”. Pide que escuchemos la canción para su hijo. La pone en el equipo de sonido que está sobre una mesa repleta de portarretratos con las fotos de su carrera. “Este sencillo nació del amor que le tengo a él. Es un amor enfermizo, tanto que me da miedo que cuando yo no esté a él le falle el piso. Le digo que me espere, que quisiera verlo crecer y que me da temor verlo partir.” En su casa sus padres no fueron tan cariñosos como es él, aunque su mamá sí le “alcahueteó” toda la educación artística, con el sueldo que se ganaba en el Bienestar Social. César lleva más de 20 años con su esposa Mafe. También tiene dos hijas (de un primer matrimonio) y un nieto. Su vida personal nunca ha sido un tema de discusión. Antes de ella tuvo otras relaciones, la mayoría con mujeres más altas que él. Nunca pensó en un amor platónico, a pesar de haber trabajado con algunas de las artistas más hermosas del país. Cada relación le fue llegando sin buscarla. “Le robo una frase a mi amiga Margarita Rosa de Francisco y puedo asegurarles que todas se han llevado su canción”, dice y suelta una carcajada. Se define como un rockero frustrado. Por eso le gusta decir que su banda es como los Rolling Stones de la salsa y que tiene un guitarrista igual a Mick Jagger. En pleno show se tira al piso y hace reír a la gente. Para César es imposible vivir sin humor. El siguiente proyecto que lo tiene emocionado es una obra teatro, que saldrá en dos meses, con un texto de Sandro Romero y en la que interpretará su música en vivo. “No me interesa volverme famoso. Me emociona que hay un grupo de personas que conocen mi música y que reciben un producto bien hecho”. “El champú que me di en ‘Yo José Gabriel’ no se lo ha dado ningún otro artista” Dos personajes de la política nacional que nunca le agradaron del todo a César, resultaron ser admiradores suyos: los presidentes Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos. En ‘Yo José Gabriel’ se enteró que Uribe era fanático de Antonio Sánchez, el personaje de abogado que interpretó en la telenovela ‘Betty la Fea’. Siempre que lo veía le pedía que lo imitara. Mientras tanto, Santos lo recomendaba desde sus columnas en el periódico El Tiempo. “Los del Polo Democrático pensaban que yo era Uribista y nada más lejos de la realidad”. “'Yo José Gabriel’ fue maravilloso. Le agradezco a la vida el privilegio de hacer ese programa por casi nueve años. Nunca nos estresamos, era muy rico ir, en los almuerzos oírle los cuentos a José Gabriel era una delicia y, además, la plana de personajes que pasó por ahí fue sensacional”.En 1990, César actuó junto a Margarita Rosa de Francisco en la telenovela 'Calamar' de Bernardo Romero Pereiro. Ella interpretaba a Claramanta y él a Oliverio Cascales. Esta foto la tiene en la sala de su apartamento.
En alguna época muchos invitados le cogieron miedo a ir al programa porque decían que si iban se morían. Jaime Garzón, la excongresista Martha Catalina Daniels, entre otros, habían estado antes de que los asesinaran. “No voy porque al mes me matan, nos decían”, cuenta César, con algo de gracia, pero también de tristeza. Sin embargo, eso no fue impedimento para que por ese set pasaran todos los expresidentes, presidentes, ministros y artistas del momento. El presentador Jorge Alfredo Vargas, quien también trabajó en este show con César, dice que además de ser compañeros de set se convirtieron en grandes amigos. "Él adora a su Mafe y a su hijo. Yo la verdad no sé cómo hace para repartir su tiempo entre hacer una película, tener una banda y estar en televisión. Las tertulias con él son muy buenas y como actor es impresionante los cambios que hace", afirma Vargas. Estos son los recuerdos que César tiene de algunos de los invitados del programa. ¿El más sencillo? Celia Cruz. La tuve al pie del hígado en dos programas. ¿El que más lo impactó? Jaime Bayly. Es un tipo brillante, no me lo imaginaba así. Dejó a todo el mundo perplejo, hasta a los técnicos (risas). ¿El más difícil? Raphael. Era un tipo que ponía distancia. No daban ganas de acercársele. ¿El más bacán? Chayanne. Cantamos un bolero, me dijo que el que yo quisiera y le pedí ‘Obsesión’. No se lo sabía, pero se lo aprendió rápido. ¿El que más ha cambiado? Fonseca. Era un peladito cuando se presentó por primera vez en el programa y no tenía todo el reconocimiento de ahora. @JuanaRestrepo87 Lea también Obsesivo, compulsivo y presentador El hijo de una monja y un cura que triunfó en la salsa