El pasado viernes 6 de mayo en horas de la tarde se dieron a conocer los angustiantes momentos que tuvo que enfrentar la creadora de contenido Andrea Valdiri.
A través de un video publicado en sus redes sociales, la barranquillera relató cómo le dispararon mientras iba en carretera.
Aunque inicialmente se especuló que este ataque estaba relacionado con el paro armado que se vive en diferentes regiones del país como represalia del Clan del Golfo luego de la extradición de alias ‘Otoniel’ a los Estados Unidos, la bailarina se pronunció en las últimas horas aclarando que los responsables eran otros.
De acuerdo a la información preliminar compartida por la misma bailarina, todo sucedió cuando se dirigía junto con su esposo, el también influencer Felipe Saruma por la vía principal de San Onofre, municipio ubicado en el departamento de Sucre.
“Le pegaron un tiro al carro. Entró por la puerta y rozó mi pierna. Mi portátil quedó destruido”, dijo en sus redes.
Sin embargo, este sábado luego de algunas indagaciones la barranquillera confirmó que este ataque había venido de otro lado:
“La firma de abogados Victor Mosquera Marin Abogados… como abogados de la celebridad y empresaria Andrea Valdiri pone en conocimiento de las autoridades competentes los hechos ocurridos…mediante los cuales se atentó contra su vida e integridad” , reza el comunicado.
Además, Valdiri agradeció a todos los que habían estado al pendiente de su situación:
“Gracias mis amores por estar pendientes. Las investigaciones siguen su curso y algunos delincuentes comunes se aprovechan de la situación del país para cometer sus actos delictivos y engañar a los ciudadanos y medios de comunicación haciéndose pasar por grupos subversivos”, dijo agregando que:
“Entre el cielo y la tierra no hay nada oculto, hay personas que están siendo investigadas en estos momentos para confirmar que no fue algo al azar; les contaré cualquier novedad en la medida que la investigación lo permita”.
Finalmente advirtió que si no creía que se iba a dar cuenta de que hicieron llamadas y averiguaciones sobre sus movimientos, estaban equivocados, dejándole un mensaje a los delincuentes: “recuerda que hasta para ser malo, hay que ser inteligente”.
