Hace casi un mes se conoció la noticia de que Mónica Jaramillo, después de siete años trabajando para Caracol Televisión, se despedía de su trabajo como presentadora del noticiero de la mañana para emprender proyectos personales. Desde ese entonces su remplazo es Alejandra Giraldo, que narra cada mañana los temas de actualidad más importantes en compañía de Juan Diego Alvira.
Muchos estaban encantados con la labor de Jaramillo y manifestaron lo mucho que la extrañan, pues ya estaban acostumbrados a verla presentar de lunes a viernes. Esto podría ser algo incómodo para Giraldo, después de todo, seguramente, ella también se esfuerza para dar lo mejor de sí en cada emisión.
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Sin embargo, la comunicadora social prefiere tomarse este tipo de comentarios a la ligera, incluso bromea con los que dicen que extrañan a su colega, así lo demostró en sus redes sociales.
En una reciente foto que Alejandra Giraldo publicó en su cuenta de Instagram, en la que habla de las cicatrices que tiene en sus piernas a causa de la violencia que ha sufrido en el país, un internauta le comentó lo siguiente:
“Sale en Google cada rato que los televidentes reclaman a Mónica… Qué va, ella es muy linda, pero yo estoy feliz contigo”.
Esta persona recibió varios comentarios, pero el que más llamó la atención fue la respuesta de la mismísima paisa de 36 años de edad, "Jajajaja eso está bien, que la gente que la quiera y la reclame, qué rico que a todos nos quieran y nos extrañen, ella es maravillosa. Por lo demás, ahí sí nada que hacer, este pechito ya está aquí, les tocó verme un ratico al aire por las mañanas, jajajaj”, fue lo que dijo Giraldo.
En dicha imagen, la presentadora aparece en el set de grabación de Noticias Caracol, sentada en un sofá y con un computador frente a ella, ella luce una camisa blanca y una falda tubo negra que deja ver sus piernas, el look lo termina con tacones rojos.
El mensaje que incluyó en la fotografía es el siguiente: “Tengo muchas cicatrices en las piernas, (si hacen zoom las podrán ver), son cicatrices de la violencia absurda de este país: la bomba del Parque Lleras en Medellín en el 2001. Pero mis cicatrices no son nada comparadas con las heridas, aún abiertas, de las víctimas. Las heridas que por estos días tienen sal encima con las cascadas de verdad que nos apabullan. Hablar de eso nunca es fácil, y encontrar al aire un equilibrio entre contarles esas noticias y sonreír por un nuevo día, es un gran reto. Pero ustedes, esta posición y la generosidad de la vida conmigo, lo valen. Lo valen todo, así que, les dejo esta sonrisa ¡y un sincero feliz día!”.
