Una de las pasiones de Pablo Emilio Escobar Gaviria eran los autos de lujos, lo que muchos no saben es que él tuvo una faceta como piloto de carreras, en las que competía junto con su primo Gustavo Gaviria.
Los negocios ilícitos le permitieron adquirir los mejores autos, uno de ellos fue el famoso Porsche 911 RSR (modelo 1974) diseñado para Emerson Fittipaldi, piloto de la Fórmula 1. Recientemente publicó DuPont Registry - empresa estadounidense en la que se anuncia la venta de carros de lujo, bienes raíces y yates- con un valor de 2′200.000,00 millones de dólares.
La Carrera Internacional de Campeones (IROC), fue una carrera de aquel tiempo donde compitieron los 12 mejores pilotos del mundo, manejando vehículos totalmente iguales. Se crearon 15 vehículos, 12 utilizados en la competencia y 3 de repuesto. Cada una de las 15 unidades se distinguía por vestir su carrocería en un color diferente.
Uno de los concursantes fue el brasileño Emerson Fittipaldi, primer piloto del Porsche 911 que pasaría a ser propiedad de Pablo Escobar y trasladada hasta Medellín, quien remodeló su carrocería y lo pintó con los colores de Martini, es decir, blanco con líneas rojas y azules finalmente regresó a Estados Unidos, donde fue restaurado completamente.
Meses después fue Pablo Emilio Escobar Gaviria quien corrió en la Copa Renault 4 de 1979, en Bogotá. Con modificaciones previamente tanto en la carrocería para acercarlo al Porsche 935, es decir la variante de competición del 911 Turbo de segunda generación o modelo G.
Otra de las carreras en la que estuvo involucrado el famoso Porsche 911 RSR, fue la ‘Trepadora de Las Palmas’, donde Escobar realizó una millonaria apuesta con el corredor Ricardo Londoño. Según relató La Tercera, Londoño apostó que llegaba a la meta con 15 segundos de ventaja con su Chevrolet Camaro, Sin embargo, Londoño ganó la carrera solo por nueve segundos antes que Escobar.
Tiempo después Jhon Jairo Velásquez ‘Popeye’ reveló que Escobar hizo trampa y le ordenó ubicarse en el kilómetro 20 del recorrido y arrojar tachuelas al suelo antes de que pasara Londoño y, a su paso, las recogiera inmediatamente.
Tras aquella primera liza y hasta 1978, este 911 RSR IROC pasó por varias manos disputando otras carreras estadounidenses en años sucesivos como las 12 Horas de Sebring o las 24 Horas de Daytona.