Hasta la medianoche del próximo 3 de marzo, mujeres colombianas que hayan creado una empresa que utilice nuevas tecnologías para crear productos financieros innovadores -conocidos como Fintech- podrán acceder a un programa que otorgará hasta 20 mil dólares para el crecimiento de sus proyectos.
Inicialmente se seleccionarán diez iniciativas, aunque a lo largo de los dos años del programa en total serán 40 las mujeres beneficiadas. Quienes quieran participar deberán postularse en la página Web de Start Path Empodera y luego competir bajo un formato ‘pitch’, es decir, mediante breves presentaciones en las que deberán exponer sus ideas. Las más viables y llamativas serán elegidas.
Pero antes deberán cumplir con varios criterios. Si bien puede tratarse de empresas que estén en su etapa inicial, estas deben estar ya constituidas, radicadas en Colombia y tener un mínimo de facturación. Así mismo, deberán demostrar que tienen una viabilidad técnica y financiera, así como un modelo de negocio escalable, es decir, deben probar que tienen visión de futuro.
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Y si además presentan un proyecto que impulse el empoderamiento femenino podrán recibir 10 mil dólares adicionales. ¿Por qué? Porque por lo general las mujeres emprendedoras carecen de acceso a capital, mercados, redes, entrenamiento y mentoría. De acuerdo con la Iniciativa para el Desarrollo y la Prosperidad Mundial de la Mujer de la Casa Blanca (W-GDP por sus siglas en inglés), existe una brecha crediticia entre hombres y mujeres de aproximadamente USD 300.000 millones en todo el mundo para las pequeñas y medianas empresas. Lo que busca este programa es precisamente que esa brecha sea menor.
A esto se suma que a nivel laboral la pandemia afectó más a las mujeres que a los hombres. En Colombia, “de los cinco millones de personas que perdieron el empleo durante el COVID, 2,8 millones corresponden a mujeres. Por eso tenemos que reforzar mucho más estos esfuerzos de emprendimiento”, aseguró Gheidy Gallo, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, durante el lanzamiento del programa.
Lo paradójico es que mientras las mujeres emprendedoras reciben menos ayuda, “estudios recientes también demuestran que las empresas emergentes fundadas por mujeres, con equipos diversos, se desempeñan mejor, dan mejores resultados comerciales y mejores rendimientos a sus inversionistas, y lo hacen con menos capital”, aseguró Marta Aponte, subdirectora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
En ese sentido, Aponte resaltó que “esta alianza público-privada brindará mentoría, formación empresarial y la oportunidad de fortalecer las redes necesarias para que las empresas y emprendedoras logren mayor escala, resultados e impacto”. Esto, en la práctica, significa que “cuarenta mujeres en Colombia tendrán negocios más potentes”. Y, según añade, este será solo el comienzo: “Queremos que esto sea solo el inicio y que en un futuro se extienda a toda la región de América Latina y el Caribe”.
De hecho Colombia es el primer país del mundo en el que se ejecutará este proyecto. Fue elegido, entre varios países de Asia y de África, porque se encontró que en él había una fuerte trayectoria en el desarrollo de su ecosistema de emprendimiento.
“En Colombia hemos encontrado un entorno amigable para desarrollar el programa por el marco económico, el marco regulatorio que encontramos, por las capacitaciones y la determinación de las mujeres. Ejemplo de ello es que con mucha antelación a este lanzamiento empezamos a concretar varias alianzas con diversas entidades”, aseguró Kiki Del Valle, vicepresidente Ejecutiva de Desarrollo de Mercados para América Latina de Mastercard.
Las conversaciones con el Gobierno de Estados Unidos comenzaron hace aproximadamente dos años, según María del Rosario García, directora del desarrollo de negocios del sector público para la región andina de esta compañía. “Esto ha sido liderado directamente por la Casa Blanca, y tiene la meta enorme de liderar el crecimiento económico de las mujeres a nivel global. Un esfuerzo muy grande para que sean exitosas como emprendedoras”, afirmó García durante el lanzamiento.
En ese sentido asegura que se comprometieron a trabajar conjuntamente para mejorar el acceso que tienen las mujeres a oportunidades que les permitan hacer crecer sus negocios en Colombia. El propósito es “promover una economía digital que sea mucho más inclusiva y que logre reforzar las áreas de Fintech, de comercio y de inclusión financiera con una participación mucho más equitativa”.
Pero resalta que el programa va mucho más allá de hacer un aporte económico, ya que su gran objetivo es brindar una asesoría integral que permita el crecimiento de estos proyectos. Esto, mediante asesorías que garanticen que los productos que están llevando al mercado estas emprendedoras realmente tengan una viabilidad, conectándolas con expertos, con potenciales clientes y con aliados que les permitan avanzar. “Definitivamente queremos crear una comunidad”, asegura García. “Y al final ojalá puedan acceder a la inversión y a los recursos que necesitan para crecer”.