Apenas se jugaba la tercera edición de la Copa América en 1919, pero en ella ocurrió un hecho que lamentaría todo el mundo futbolístico. Roberto Chery era un joven guardameta de 23 años que prestaba sus servicios para el conjunto de Peñarol y había sido convocado por la Selección Uruguaya para disputar este campeonato.
El certamen sudamericano en aquellos tiempos solía celebrarse cada año, pero, debido a la pandemia generada por la gripe española, en 1918, la competición tuvo que aplazarse un año más para que finalmente se jugara en Brasil.
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El seleccionador de los ‘charrúas’ Severino Castillo conversó con el ‘Poeta’, como también era conocido Chery por su habilidad para conquistar mujeres; informándole que partiría en el once titular del conjunto ‘celeste’ en el duelo por la segunda jornada de la Copa América ante la Selección Chilena.
La noticia la recibió con gran alegría, pues este sería su primer partido con el conjunto uruguayo de su carrera. Con la motivación por delante, Roberto Chery salió al campo de juego en el Estadio das Laranjeiras, ubicado en Río de Janeiro, teniendo la ilusión de conseguir un triunfo que le permitiera sumar puntos a su equipo para ubicarse en lo más alto de la tabla de posiciones.
En el desarrollo del compromiso, el guardameta ejecutó una atajada que, sin saberlo, le costaría la vida. Las consecuencias del esfuerzo desmedido que realizo el uruguayo por defender el arco ‘charrúa’ en aquella acción no sería nada inmediatas, pues incluso pudo finalizar el partido jugando los 90 minutos.
Sin embargo, según reportaron algunos medios de la época, Roberto Chery comenzó a quejarse de unas molestias que sentía el día después de haber sido titular en la victoria de Uruguay sobre Chile 2 por 0.
Lo que inicialmente parecían unas simples ‘molestias’ se convirtieron en el estrangulamiento de una hernia, razón por la cual tuvo que ser hospitalizado en un centro médico de Rio de Janeiro. Su situación se fue agravando cada vez más hasta que, a los 13 días, se sometió a una cirugía de la cual no pudo salir con vida.
Según declaraciones recogidas por el diario uruguayo El Observador, uno de los miembros del Museo de Peñarol señaló que “sus amigos comentaron que no tuvo el coraje de despedirse de sus padres cuando partió el barco hacia Río. Tenía miedo de que se hubieran emocionado mucho al ver partir a su hijo que por primera vez realizaba un viaje y se alejaba un poco de ellos”.
De igual manera, el rotativo Jornal do Commercio de Río de Janeiro contó la muerte del guardameta mencionado que “causó profunda consternación en las ruedas deportivas de esta capital la infausta noticia del fallecimiento del Sr. Roberto Chery, uno de los miembros de la delegación deportiva uruguaya actualmente entre nosotros.
Internado en un cuarto particular de la Casa do Saúde del Dr. Pedro Ernesto, allí fue intervenido a las 4 de la tarde de una delicada intervención quirúrgica.
A las 7 y 40 de la noche fallecía el footballer acompañado por casi todos los miembros de la delegación de su país”.