La Universidad Nacional (UNAL) de Colombia tiene casi listo una especie de ventilador automático para atender los eventuales pacientes afectados con el COVID-19 en el país.
El respirador que ofrecería asistencia no invasiva, sería ideal para ayudar en la descongestión de hospitales y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), en medio del incremento de casos por la pandemia.
Teniendo en cuenta los síntomas de la enfermedad (entre los casos más graves se incluye dificultad para respirar), este tipo de equipos son clave para el tratamiento contra el coronavirus.
Jorge Hernán Estrada, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Computación de la UNAL Sede Manizales, explicó que desde el punto de vista tecnológico la máquina está prácticamente terminada.
“Es un prototipo al cual había que hacerle ajustes, especialmente estéticos, crear unos manuales y empaques, etc, pero ya hemos hecho pruebas caseras, las cuales nos han mostrado una máquina amigable que envía aire con oxígeno cuando el paciente inhala”, le dijo Estrada a la Agencia Anadolu.
Las pruebas iniciales de este aparato han arrojado que la saturación de oxígeno en las personas “sube apreciablemente en poco tiempo”.
No obstante, el dispositivo “no ha llegado a su madurez plena” debido a que no se han obtenido los sellos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), requeridos para su funcionamiento y distribución masiva.
“Para ello, estamos diseñando unos experimentos en animales y hombres, con el fin de cumplir unas exigencias y obtener dicho requisito”, añadió.
De acuerdo con lo que estima el docente, entre la autorización del Invima (que podría durar unos tres o cuatro días) y a partir del momento en que comiencen las pruebas, habría al menos un mes. Es decir, el respirador estaría operando en hospitales, centros médicos o casas, según sea el caso, a inicios de mayo.
Esto es muy poco tiempo, teniendo en cuenta que un trámite de estos en el Instituto de Vigilancia podría demorarse un año o hasta dos. Pero, como indica Estrada, afortunadamente el Invima ha simplificado las autorizaciones.
En ese sentido, explica, la máquina puede apoyar a los pacientes que después de pasar unos días en la UCI presenten mejorías, y puedan salir liberados de los cuidados intensivos para pasar a ser tratados con este dispositivo.
Asimismo, estos pacientes pueden "pasar a una segunda fase de asistencia respiratoria no invasiva en otra unidad de la clínica o incluso en su casa", descongestionando los servicios de emergencia, según añade el investigador.
¿En qué consiste el equipo?
Un artículo de la Agencia de Noticias de la UNAL indica que esta innovadora máquina está equipada de un compresor de aire, un controlador electrónico con una entrada de oxígeno, entrada de aire caliente y un sensor de flujo. El equipo permite inyectar el aire por una cánula que va directamente a la nariz, o mediante una máscara.
El compresor inyecta un flujo de aire “con una presión de 20 ó 30 pulgadas por cm2 de manera segura, sin altas presiones” que puedan causar algún daño al usuario.
El sensor indica (mediante un pitido) cuándo la persona está respirando y dejará de sonar cuando no detecte inhalaciones, por lo que también funciona como un detector de signos vitales. Además, dicho sensor se sincroniza con el ciclo respiratorio del paciente, logrando que la inyección de aire en la persona se produzca durante la fase de inhalación, ya que si ocurre durante la exhalación, no tendría el mismo efecto.
“De una u otra forma la máquina se acomoda al ciclo respiratorio del paciente gracias al sensor de flujo que se coloca cerca de una fosa nasal (...) entonces solo inyecta el oxígeno a través de la segunda fosa nasal, en una forma sincrónica y muy placentera y agradable”, asegura Estrada.
Además, el dispositivo ofrece ventilación mecánica no invasiva. ¿Qué significa esto? El docente le explicó a Anadolu que la ventilación mecánica invasiva es la utilizada en un quirófano o una sala de cuidados intensivos. En este método se introduce una manguera por la boca, garganta o hasta por la tráquea del paciente, que debe estar sedado, y la maquina simplemente "comienza a inflar y desinflar los pulmones”. No obstante, aunque es una máquina muy sofisticada, también es muy costosa.
Un equipo de estos, que tendría que ser importado desde países como Alemania, podría valer alrededor de COP 80 millones. Pero la máquina desarrollada en la UNAL podría fabricarse con materiales que ya existen o que se pueden producir en Colombia. Esto reduciría el costo a COP 1.800.000.
Otra ventaja del ventilador es que recoge el oxígeno directamente del aire, “lo cual es una ganancia muy grande” ante una eventual dificultad para obtener pipas de oxígeno. Dicho oxígeno se produce caliente, mas o menos a una temperatura de 48 grados, lo cual permitiría llevar a cabo un tratamiento preventivo.
Y aunque para un paciente con falla respiratoria y estado crítico “lo urgente e inmediato” es el ventilador mecánico, este dispositivo permitiría apoyo en casos menos graves y, por ende, una rotación de los recursos de las UCI, ya que los pacientes demorarían menos en estas áreas.
Producción local
El profesor de la UNAL indicó que gracias a que los componentes se consiguen fácilmente, a que cuenta con un completo laboratorio en su casa -que ha dotado durante 45 años-, y a que tienen una buena comunicación con proveedores en Colombia y en China, dentro de un mes ya podría haber una producción significativa de estas máquinas.
No obstante, dado que la Universidad se dedica a la investigación y no a la producción en masa, él tendrá que aliarse con empresas interesadas. Hasta el momento trabaja con Celbit, una compañía que produce tecnología biomédica.
Además, si se monta una cadena productiva, la idea es proveer un kit de armado, como los bloques de construcción Lego, que podrá ser ensamblado en menos de una hora por una persona que tenga tan solo cierta habilidad manual.
Hasta el momento, el profesor Estrada ha recibido más de 600 pedidos de este tipo de máquina desde Colombia, Estados Unidos y España.
Por ahora se espera que luego de validar las pruebas necesarias (incluidas en animales), el Invima otorgue los permisos necesarios. Para ello se contempla la colaboración de la sede central de la UNAL en Bogotá, para agilizar y garantizar el proceso.
Según un estudio de esta misma universidad del 27 de marzo pasado, Colombia llegaría al pico de la pandemia en mayo. Sin embargo, el doctor Jorge Alberto Cortés, médico titular del Departamento de Medicina Interna, asegura que "esta realidad dependerá de los resultados y del impacto de las medidas implantadas por el Gobierno para contener la propagación del virus”.
Colombia registra este martes 201 nuevos enfermos por COVID-19, que suma en total 1.780 casos de contagios; cuatro muertos más, lo que sumaría un total de 50 en todo el país y 100 personas recuperadas.