Contrario a lo que sucedió en las jornadas de protesta del 9 y 10 de septiembre, en las que los desordenes fueron evidentes en varias ciudades del país, las marchas del pasado 21 de septiembre se desarrollaron en su mayoría de manera pacífica y los disturbios no fueron protagonistas como en otras ocasiones.
El general Óscar Atehortúa, comandante de la Policía Nacional, entregó un balance positivo, sin embargo, resaltó algunos actos de vandalismo que opacaron las marchas pacíficas del 21 de septiembre en el país.
De acuerdo con Atehortúa, en Bogotá el Esmad tuvo que intervenir cinco veces para dispersar unos pequeños grupos que, según la autoridad, atacaron un bus del Transmilenio, una sede bancaria e intentaron sabotear la concentración en la Plaza de Bolívar.
Sin embargo, en redes sociales los asistentes a las marchas en Bogotá señalaron que en varias ocasiones el Esmad atacó a los manifestantes cuando las marchas se desarrollaban con completa calma.
"Llegaron 5 infiltrados a vandalizar un cajero y a tirarle piedra a sus compañeros del ESMAD. Muy rapidito llenaron la Plaza de Bolívar de gases y dispersaron la manifestación pacífica. Ya no se esfuerzan nada en disimular."
Además, el concejal Diego Cancino, denunció que los agentes del Esmad dispararon directo al cuerpo de los asistentes a las marchas.
"Esta es una flagrante violación a los derechos humanos. En el centro de Bogotá, el ESMAD está disparando sus armas lanzagranadas directamente al cuerpo de la gente, una acción ilegal", escribió el funcionario en su cuenta de Twitter.
En Medellín, algunos sujetos atacaron el Comando de la Policía con bombas incendiarias pero las autoridades controlaron rápidamente la situación. En ciudades como Pasto y Cali, algunas personas intentaron tomarse dos CAI pero la Policía intervino.