El pasado sábado 15 de agosto 278 gatos fueron rescatados por proteccionistas de las calles de Santa Marta, luego emprendieron una difícil travesía hacia Bogotá para ser atendidos pues fueron encontrados en complicadas condiciones de salud.
Sin embargo, el viaje no fue fácil, a la altura de Piedecuesta fue detenido el camión en el que eran transportados los animales, debido a las condiciones precarias de embarque. A partir de ese momento, los gatos quedaron bajo la custodia de una fundación de Bucaramanga que, pese a haber propiciado la retención del camión, no asumió los costos de manutención, ni de atención veterinaria de los animales. Hoy la deuda supera los 11 millones de pesos.
Gracias a la persistencia de activistas de Santa Marta, Bucaramanga y Bogotá, así como al apoyo de actores políticos, la noche del 19 se agosto se autorizó, finalmente, el desplazamiento del camión.
Finalmente, hoy llegaron a Bogotá 254 gaticos para su recuperación y adopción. Sus edades oscilan entre los 2 y 4 meses. Además, hay varias madres lactantes. Lamentablemente, de los 278 gatos 15 murieron y 9 quedaron hospitalizados en Bucaramanga, a causa del pésimo estado de salud en el que se encontraban.
Según Andrea Padilla, la concejal animalista de Bogotá, “no es la primera vez que se traen a Bogotá gatos rescatados de Santa Marta. En esa ciudad la situación de los animales es dramática; de hecho, de las peores del país. Ninguna administración ha hecho nada por atenderla; la indiferencia ha sido su política animalista. Son las proteccionistas de allí quienes han asumido, con altos costos, la obligación del estado. Desde Bogotá y Medellín las hemos apoyado con rescates y jornadas de esterilización”.
Los 254 animales llegaron permanecerán en un lugar dispuesto por la Secretaría de Desarrollo Económico. Para su valoración veterinaria se contará con el trabajo de una decena de veterinarios voluntarios y con un equipo de profesionales del Instituto de Protección y Bienestar Animal y de la Secretaría de Salud.
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De allí saldrán hacia 244 hogares de paso, bajo la coordinación de Por Amor a Rocky. Esta fundación ha liderado el proceso en Bucaramanga y ahora lo continuará en Bogotá.
“Agradecemos el apoyo de las entidades distritales de Bogotá. La protección animal no tiene fronteras. Si en algunas ciudades, como Santa Marta, prima la indolencia de sus gobernantes, en otras abunda la solidaridad”, señaló la concejal, quien destacó el compromiso de las activistas y las proteccionistas en todo el país.
La cabildante animalista señaló que es preciso mejorar los procesos de atención y transporte de animales rescatados, y llamó a los ciudadanos a castigar políticamente en las urnas a los gobernantes que sean indiferentes al sufrimiento animal.