Aunque muchas personas evitan gemir durante el sexo, ya sea por temor a pasar vergüenza o porque no quieren llamar la atención, el gemir tiene una gran importancia en la intimidad. Esos sonidos pueden funcionar como una señal de que las cosas van bien en el acto.
Además, los gemidos pueden conducir a una vida sexual más satisfactoria, así lo manifiesta un estudio publicado en 2012 por el Diario de Relaciones Personales y Sociales.
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Sin embargo, gemir cuando usted no está acostumbrado podría parecer una idea estresante. Es entendible, lo que usted menos quiere es sonar como que está en una aburrida película pornográfica. Y para aquellos que viven con roomies o con familiares, ni siquiera es una opción.
Para lograr hacerlo con tranquilidad y más diversión, una serie de expertos hablaron con Women’s Health sobre consejos en la materia.
“Una investigación dice que entre más profunda sea su experiencia sexual, menos inhibidos serán sus sonidos”, dice Laurie Mintz, doctora y experta en sexualidad. “Sus propios sonidos pueden servir para aumentar su propia excitación”. El mejor sexo es liberador, y gemir cuando se siente necesario ayuda a liberar las inhibiciones, así puede estar adentrado en escenario bastante placentero.
Además, puede ayudar a tener mejores orgasmos, “Cuando una mujer gime durante el sexo, su garganta se abre, su respiración disminuye y los músculos de su suelo pélvico se relajan”, explica Nicole Burratti, coach sexual y de relaciones.
Ahora, si usted definitivamente no se siente cómo gimiendo, no tiene que hacerlo. “Hay gente que es silenciosa durante el sexo y que no quieren hacer ruido, y está completamente bien”, añade Mintz.
“Los ruidos ayudan a algunas personas a animarse y experimentar placer, y para otros, estorban”. A veces un gemido (incluso un grito) se ajusta al momento, y en otras ocasiones se puede disfrutar del silencio. Solo haga lo que se sienta bien.
Si quiere intentarlo: “Honestamente, es la misma cosa que recomiendo para sentirse cómodo con muchas cosas: inténtelo a su propia manera”, menciona Mintz. Entonces deje de lado lo que ha visto en el porno y pruebe lo que pasaría en la vida real. La próxima vez que se masturbe, deje escapar un gemido.
“Comienza con tomar un respiro profundo desde el vientre y déjalo salir lentamente con un suspiro que puntúe tu aliento”, sugiere Burratti. Revise si eso mejora la experiencia. Si es así, puede que valga la pena hacerlo con alguien.
No hay una forma correcta de gemir, “Si estás pensado, ‘¿Este es un buen gemido? ¿Es lo suficiente fuerte? ¿Demasiado?’ No estás teniendo la clase de gemido que va ha aumentar tu su excitación”, indica Mintz. “En cualquier área del sexo, raramente hay algo que se ajuste a todos los escenarios”.
No es momento para pensar de más, cuando usted se encierra en su cabeza o critica cada uno de sus movimientos, hará que sea menos divertido el mundo. Respire profundo, concéntrese en la situación y deje que su cuerpo haga lo que quiera.