En la mañana del jueves 22 de agosto, la Universidad del Atlántico en Barranquilla fue escenario de un trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad académica.
Julián C., un estudiante de la Sede Norte, falleció después de caer desde el sexto piso de uno de los bloques del campus. El evento, ocurrido alrededor de las 11:00 a.m., ha desatado una serie de reacciones y medidas de seguridad en la institución.
Según reportes de testigos y compañeros del joven, Julián C. fue trasladado de inmediato a la Clínica Portoazul Auna tras la caída. A pesar de los esfuerzos por estabilizarlo, el estudiante llegó al área de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) sin signos vitales y falleció minutos después.
El suceso llevó al desalojo inmediato de la comunidad académica de la sede norte para realizar las investigaciones pertinentes y garantizar la seguridad del personal y los estudiantes.
Las autoridades han iniciado una investigación interna para esclarecer las circunstancias que rodearon este lamentable hecho. En el centro de la investigación se encuentran unos mensajes enviados por Julián C. a través de WhatsApp poco antes del incidente. Estos mensajes podrían proporcionar pistas sobre su estado emocional y las posibles razones detrás de su decisión.
Este evento se suma a una serie de incidentes trágicos que han marcado el año en la Universidad del Atlántico. Hace seis meses, el 20 de febrero, la estudiante Adamaris Verdugo Almagro también perdió la vida al caer desde el cuarto piso del bloque D de la institución. Al igual que en el caso actual, la universidad activó protocolos de seguridad y apoyo psicológico para la comunidad.
La Universidad del Atlántico ha expresado sus más sinceras condolencias a la familia de Julián C. y ha declarado un día de reflexión institucional para honrar su memoria. En un comunicado, la institución extendió sus pésames a los allegados del joven y reiteró su compromiso con la seguridad y el bienestar de sus estudiantes.
La universidad también ha hecho un llamado a la comunidad educativa para que manejen la situación con el respeto debido y eviten la difusión de material sensible relacionado con el incidente. Las autoridades académicas han reiterado su compromiso de revisar y fortalecer los protocolos de seguridad y acompañamiento psicológico para prevenir futuros eventos trágicos.
En respuesta a estos trágicos eventos, la Universidad del Atlántico ha implementado una serie de medidas para apoyar a los estudiantes y el personal. Entre estas medidas se incluyen la activación de servicios de consejería psicológica y la revisión exhaustiva de las políticas de seguridad en los campus.
La comunidad universitaria ha mostrado su preocupación y empatía ante estos sucesos, y se han organizado sesiones de apoyo y reflexión para ayudar a los afectados a procesar su duelo y encontrar formas de apoyar a quienes lo necesiten.